domingo, 22 de diciembre de 2013

Los innombrables.


Hoy no puedo por menos que hablar de curas, es un tema del que llevo con la idea de hablar desde que nombraron portavoz y secretario general a Gil Tamayo. Dicen en la cadena SER, que este señor es dialogante y abierto, que era el candidato elegido por el papa (en minúscula adrede) jesuita.

Al parecer a Rouco se le acaba el chollo, sus candidatos no son elegidos y poco a poco le van echando de todos los órganos de poder de la iglesia, lo último ha sido su expulsión de la congregación para los obispos, una sección de la iglesia muy poderosa, ya que parece ser el organo que nombra a todos los obispos del mundo.

Estos cambios podrían estar bien, la verdad es que Rouco es lo más fascista y casposo que yo he visto. Para Rouco, todo lo que sea ayudar al poder está bien y todo lo que sea ayudar a los pobres es pecado. Recuerdo cuando dijo que no iba a dar dinero a caritas, ya que los pobres pedían que la iglesia pagara impuestos y los que piden esas cosas no se merecen nada. Luego salió en los medios que la iglesia en realidad poco pone en caritas, menos de un dos por ciento del presupuesto, pero que saca mucho más.

Pero ni cuando salió a la luz la estafa caritativa el obispo fascista moderó su lenguaje. Sus opiniones sobre los gais, el aborto, la religión en las aulas, los anticonceptivos y otros temas son también famosas. Supongo que por eso el papa jesuita le quiere echar, un tipo tan asqueroso como Rouco quita muchos fieles.

El problema es el relevo al señor Camino, dicen que el nuevo es un tipo súper majete que conecta con la gente, vamos que es un giro de la iglesia hacia el pueblo y dicen esas cosas diciendo además lo que realmente es; el ideólogo de 13 TV, escritor en el diario ultraderechista “la razón”, encargado de la cope cuando el señor De los Santos animaba al golpe de estado desde esa emisora y sobretodo, miembro del Opus Dei.

Si pudiéramos extrapolar las órdenes religiosas a los partidos políticos, el Opus sería falange o incluso peor, así que si el falangista opusino Gil Tamayo es una muestra de la renovación de la iglesia, es que la iglesia está muy mal.

Creo necesario recordar que muchos de nuestros ministros también son del Opus, ya que eso explica muchas cosas.

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