Yo la verdad es que a
veces no sé si estoy escuchando a nuestro presidente del gobierno o a un cómico
del club de la comedia. Atentos al acto que ha hecho los del PP en Baleares, se
ha llamado "Malas prácticas de gobiernos extremistas y buenas prácticas de
gobiernos populares", incluso han hecho un comparador informático. Dicen
los del PP que los nuevos gobiernos que surgieron en mayo pasado no hacen más
que enchufar familiares y gastar dinero en tonterías a diferencia de los suyos
que son un ejemplo de buenas prácticas.
Ponen al gobierno de Madrid como el mejor ejemplo de buena
gestión, se ve que para el PP gestionar bien es robar mucho, solo hay que
escuchar a los testigos de los juicios. Ayer escuchando a Marjaliza se me
pusieron los pelos como escarpias.
Pero de todas formas esto de la corrupción no es lo peor del
PP, hoy Montoro ha dicho algo que me ha inquietado sobremanera: “No tiene
ningún sentido que precisamente a los países, que no es que estemos cumpliendo,
sino que estamos en el convencimiento de que esa es la única vía para
fortalecer el crecimiento económico y la creación de empleo. No tiene ningún
sentido que seamos objeto de sanción.” ¿Qué quiere decir con esto Montoro? Pues
quiere decir que la deuda y el déficit son un problema, pero no un problema como
la lógica dicta, son un problema relativo para ciertos tipos de gobierno y
demoledor para otros tipos.
Resulta que si eres un gobierno afín con el liberalismo da
igual la deuda que acumules, siempre te prestarán más dinero y con los nuevos préstamos
puedes cubrir los antiguos. Si eres un gobierno que regala millones y millones
al Florentino Pérez, a las Autopistas, a las eléctricas o a los bancos (pagamos
50.000 millones al año por el rescate bancario, 50.000 al año), puedes tener el
déficit que quieras, no habrá sanción. Pero amigos, si eres un gobierno que
mira por los trabajadores, que busca el bien común en lugar del bien de unos
pocos. Te encuentras con que no te prestarán más dinero y te encuentras con que
los límites de déficit están para cumplirlos.
Tenemos pues que la deuda es un elemento más de presión política
y que se ha dejado crecer para que el estado esté arrodillado ante los
patronos.
Por cierto, quedan cinco días.
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