lunes, 2 de agosto de 2021

La Ley de cambio climático y transición energética es un ataque frontal a las economías más precarias.

 

 

Es evidente que como sigamos así el mundo se va a la mierda, tardará más o tardará menos, pero se va a la mierda seguro. También soy consciente de que las medidas correctivas que se tomen para arreglar las cosas, tardarán en hacer efecto. Así que tengo claro que esas medidas se tienen que tomar cuanto antes. El problema es qué medidas son las que hay que tomar.

 

El gobierno y la Unión Europea van a poner en marcha un paquete de medidas. Para ello el gobierno ha aprobado la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética. Veamos alguno de sus aspectos.

El año que viene, todas las ciudades cuya población supere los 50.000 habitantes tienen que tener zonas de bajas emisiones. ¿Qué significa eso para nosotros? Pues que habrá zonas en las ciudades a las que no puedan acceder los coches que contaminen. ¿Cuáles son los coches que contaminan según el gobierno? Pues los coches viejos (qué no antiguos) y los coches diésel. ¿Cuáles son esas zonas de las ciudades a las que no podrán acceder los coches viejos? A los centros de las ciudades.

Esta medida me afecta directamente, ya que tengo un coche diésel y me temo que ya un poco viejo. Tres factores hicieron en su día el que me decantase por comprar un coche diésel. 1º. El consumo, consumía un poco menos que un gasolina. 2º. El precio del combustible, es ligeramente inferior. 3º. El mantenimiento, el gasolina tenía la revisión a los 15.000 KM y el diésel a los 20.000. Como veis el tema ahorro pesó mucho en la elección, no nos sobraba el dinero. Lo mismo pasa con muchos de los que tienen coches viejos, ellos no tienen coches que contaminen porque sean unos cabrones o unos tacaños, simplemente tienen el coche que se pueden permitir.

 

En Madrid la zona de exclusión será la almendra de la M-30, al menos es donde en ocasiones anteriores pusieron las restricciones en las alertas por contaminación. En Sevilla no tengo ni idea, pero lo que está claro es que nos estará vetado acceder en coche a todo el centro de la ciudad.

En lo que respecta al transporte público hay un montón de medidas para que contamine menos, pero ninguna para que tenga mejores frecuencias o sea más barato. Excepto una mierda que pone en la ley que no se ni lo que significa aplicado al transporte urbano: “Medidas para la mejora y uso de la red de transporte público, incluyendo medidas de integración multimodal”.

 

¿Qué nos supondrá todo esto? Pues que en cuanto pongan la zona de exclusión, cuando tenga que ir a Sevilla para cualquier cosa, o bien me tendré que ir en transporte público o bien tendré que ir en coche hasta el límite de la zona de exclusión y luego usar el transporte público para llegar a mi destino. Un sobrecoste, que para muchas economías será un quebranto. Un ejemplo, ir de Utrera a Sevilla en coche cuesta unos 5€ de gasolina, más la zona azul o un parquin, se te va como mucho a 7€. Pero si no puedo usar mi coche, el cercanías cuesta 5,25€ solo la ida, más de 8€ la ida y la vuelta. Si además tienes que coger un autobús o el metro (que cuestan 1,40€). Vemos que el viaje a Sevilla te puede salir por más de 10€ y eso si vas solo, si vas acompañado, pues multiplica. Así que por mor de la ecología, a partir del año que viene, cada vez que vaya con mi familia a Sevilla, en lugar de gastarme 7€ en transporte, me gastaré entre 30 y 40 €. Eso sin contar el tiempo que gastaré claro, que en coche tardas media hora en llegar a cualquier punto de Sevilla, pero en transporte público, según cual sea tu destino, puedes tardar una hora y media en llegar.

 

Por lo tanto vemos, que estas medidas van a dañar y mucho a las economías más precarias. Se pretende salvar el planeta, precarizando aún más las vidas de los que menos tienen. Esto no es una solución, el bien que se va a lograr (si es que se logra alguno), no compensa el mal que se va a generar. ¿Qué quieres que deje de usar el coche? Pues dame un transporte público que pueda usar, económico y con buenas frecuencias. No me prohíbas usar mi coche, que yo pago el impuesto de circulación igual que los ricos, que pago mi seguro obligatorio igual que los ricos, y que pago el combustible igual que los ricos.


Es que parece que desde el gobierno se piensan que tenemos coches viejos porque queremos, igual que parece que piensan que comemos carne estabulada porque queremos o que compramos ropa barata porque queremos. Qué más quisiera yo que poder tener mi coche eléctrico para la ciudad y mi Volvo para los viajes. Así mismo me encantaría comer solo carne de vacas que reciben un masaje todos los días y criadas en libertad. Qué más quisiera yo que poder comprar pantalones de fibra ecológica confeccionados por un artesano que cobrase 30€ a la hora. Pero queridos ministros, no lo elijo, a mi y a muchos otros, nos fuerzan las circunstancias. 

 

Y es que todas las medidas desgranadas en la puñetera ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética. No dejan de ser paños calientes y brindis al sol. Si se quiere de verdad salvar el planeta, hay que cambiar el modelo productivo, no hay otra.

 

Me está quedando una entrada muy larga, así que lo dejo por hoy, en próximos días seguiré desgranando el tema, ya que hoy solo he tocado un aspecto de la ley y nada de lo que realmente hay que hacer si queremos salvar el planeta.

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