Han salido los datos del paro de agosto y son malos, dice el
gobierno que en realidad son cojonudos, que hay que desestacionalizar, que si
se hace, en realidad se ha creado empleo.
Bueno, creeremos al gobierno. Estamos creciendo tanto que
podemos creerle. Dice el gobierno que este crecimiento es por el consumo de las
familias y por la inversión pública, la confianza se instala en los hogares
españoles y tira de la economía.
¿La confianza? Este es un crecimiento a crédito, los bancos
dan crédito otra vez y eso es lo que tira del consumo. Toda la inversión
pública se apoya en la deuda pública, que este año se está disparando. Sobre la
deuda pública hemos hablado sobradamente en este blog, de lo que no hemos
hablado es de cómo está el crédito, para ello voy a hacer un copia y pega de un
artículo de Álvaro Sánchez publicado en “el País”: “El flujo de nuevas
operaciones de crédito en España afianza el cambio de tendencia observado a
finales de 2014, al crecer aceleradamente en julio un 45,5% interanual y un
17,7% en el acumulado de 2015. El crédito destinado a nuevas operaciones de
vivienda se ha disparado un 71,3% respecto a julio del año pasado al pasar de
2.467 millones a 4.227 millones, y los créditos al consumo un 27,1%, gracias a
la favorable evolución del empleo y del consumo de los hogares en la primera
parte de 2015. El crédito destinado a otros fines mejoró en julio el 82,2%
respecto al año pasado.”
Esto nos lleva a preguntarnos si hay algo más que justifique
ese aumento en el consumo familiar.
La inflación suele ayudar al consumo cuando es moderadamente
positiva, pero la inflación no es moderadamente positiva, es lo contrario, negativa.
El último mes la inflación fue de un -0,4%, llevamos así año y medio. La
deflación contrae el comercio y perjudica a los que deben dinero, ya que
aumenta los intereses que pagan.
El paro sí que es un factor que beneficia al consumo, cuando
baja como lo está haciendo el consumo se fortalece. Lo malo es precisamente
cómo está bajando el paro. Veamos datos, más del 90% de los contratos que se
firman son temporales, de estos el 50% son a tiempo parcial. Es más, el 50% de
los contratos que se han hecho los últimos años han sido por una duración inferior al mes de
duración.
Este tipo de contratos que se están firmando, consigue que
pese a que el paro baja de manera notable, las horas trabajadas por el conjunto
de los trabajadores también bajen. Tenemos pues que pese a haber menos paro, en
realidad hay menos trabajo.
Sobre la evolución de los salarios copio y pego otra vez un extracto
de un artículo del país, en este caso de Ángel Ubide: “El aumento de los
empleos a tiempo parcial genera un efecto composición que limita el aumento de
los salarios para un nivel dado de desempleo. Esta es la experiencia japonesa
de las últimas décadas, se está viendo ahora en EE UU, y probablemente se verá
en Europa. En España, el análisis de José Ignacio Conde Ruiz y sus coautores en
el blog Nada es gratis muestra que aproximadamente el 30% de los trabajadores
que en 2007 tenían un contrato indefinido tienen ahora un contrato temporal,
son autónomos o desempleados. El salario nominal mediano de los que han
permanecido en la misma empresa con el mismo contrato indefinido ha aumentado
un 14% desde 2007. Sin embargo, el salario nominal mediano para los que siguen
con contrato indefinido pero han cambiado de empresa ha caído el 17%, y más del
40% para los que han pasado de contrato indefinido a temporal.”
Tenemos por tanto menos trabajo (pero más repartido), menos
sueldo y más precariedad, tenemos además deflación. Pese a eso el consumo sube, porque los bancos dan dinero otra vez sin garantías como hace una década y
porque los españoles nos hemos creído que estamos saliendo de la crisis.
Estamos apañados.
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