Vivimos en una sociedad sexualizada, pero insanamente
sexualizada. Ya no es que el sexo nos lo muestren desde un plano de
desigualdad, que lo hacen. Es que la educación pesa mucho y casi todos nosotros
hemos recibido una educación sexual mala, y digo mala por no decir perversa. El
otro día me pasó algo que me hizo pensar en cómo me influye sin yo percibirlo
la educación recibida.
Tenemos el ordenador en el salón, por aquello que dicen los
expertos de que hay que controlar donde se meten nuestros hijos cuando usan
internet. Pero eso claro tiene dos caras, yo controlo lo que hace mi hija
cuando usa internet, pero ella me controla a mi cuando yo lo uso. Si estoy
escribiendo o leyendo ni se acerca, no le interesa lo más mínimo. Pero tiene un
olfato especial para asomarse cuando estoy haciendo algo que yo no quiero que
vea. Que veo en un artículo lo del niño sirio decapitado y viene un enlace, pues
si pincho en el enlace seguro que se va a asomar y a preguntarme. ¿Qué ves, es
chulo? Que veo un artículo sobre un zoo en Argentina donde hay un oso que se ha
muerto por las pésimas condiciones vitales que tenía y hay un link a un video. Si
pincho el enlace aparecerá a ver que veo.
El otro día estaba ojeando las películas que hay en NETFLIX
y vi que estaba “la vida de Adelle”, una película con excelentes críticas, que
además estaba demonizada por la iglesia católica. Así que me dije, pues voy a
verla. Después de una hora y media de… Mejor hago la crítica al final, ahora os
cuento la anécdota. En un momento dado de la película, las protagonistas tienen
sexo, un sexo muy explícito pero nada inadecuado, en realidad yo diría que lo
que tienen es amor, ya que toda la escena desprende cariño, mucho. ¿Quién os imagináis
que apareció detrás justo en esa escena? Acertáis. A mí me dio una vergüenza terrible
y quité la película.
Quite la película igual que hago cuando estoy viendo violencia
hacia las personas o una escena de maltrato animal. ¿Por qué? Porque tenemos
interiorizado que toda imagen donde sale un cuerpo desnudo es mala y
reaccionamos en consecuencia. Pero no todos los desnudos son malos, y es bueno
que los temas sexuales se hablen en familia, mis padres jamás me hablaron de
sexo y así me ha ido. ¿A qué edad se tienen que empezar a tratar esos temas?
Ahí está el dilema. No lo sé. Pero si tengo claro que no debemos demonizar el
tema ni actuar como si no existiera (como hicieron con nosotros), porque
existe.
Es que además el sexo no es malo, ¿Cómo va a ser malo si
nosotros salimos de su práctica? Los cuerpos desnudos tampoco son malos, todos
tenemos uno. ¿Cómo va a ser malo lo que nos da forma? Es la manera de pensar
que nos inculcaron de pequeños lo que nos hace ver malo lo que no lo es y
está manera de pensar está hoy reflejada en las redes sociales, todo lo que se
parezca a un pezón o a un pene es censurado de manera inmisericorde. Llegando a
cosas absurdas, como censurar las fotos de una página de lucha contra el cáncer,
o alguna obra de arte clásica.
Está claro que hay imágenes de desnudos que son inadecuadas,
mucho, pero hay muchas otras que no, que son simplemente personas mostrándose como
mejor les parece. ¿Es malo acaso querer ponerse moreno en una playa? ¿O querer simplemente
enseñar como eres?
Paso a deciros que me pareció la vida de adelle. La película
es lenta en exceso, se hace larguísima. Al principio nos muestran la
inadaptación y la soledad de la protagonista, después conoce el amor y es
feliz. Su vida parece completa y se entrega a su enamorada con pasión, su vida
gira totalmente alrededor de esa persona. Pero se lía con un compañero de trabajo,
la otra les pilla y rompe la relación. La prota se queda peor que al principio.
Tres horas para contarnos eso, la película está bien, pero le sobra hora y
media.
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