Hoy quiero hablar de la ley de calidad
de la enseñanza. Estos días se esta hablando mucho sobre el tema,
mucho y bien, se están dando argumentos sobrados de porqué esta ley
no es buena, de porqué esta mal. Se esta hablando mucho de ello en
los medios oficialistas también, esta claro que esta ley divide a la
derecha.
Por eso solo quiero comentar tres
aspectos, uno esta en el mismo nombre de la ley; calidad, la calidad
no se logra solo con un texto, hay otros factores que influyen en
ella. Aunque el texto de la ley fuera perfecto, que no lo es, por si
solo no conseguiría la calidad. Para que haya calidad tiene que
haber medios y el mayor defecto de esta ley es la carencia de medios
económicos. De hecho internacionalmente la calidad de la educación
no se mide por la legislación, se mide por el gasto. Más
exactamente por el porcentaje del PIB que los gobiernos dedican a
educación. España ya antes de la crisis era de los países euro que
menos invertía en educación, un 4.5%. Con esta ley ya ni te cuento,
nos ponemos en el 3.5% del PIB. Para ver a donde vamos con esta ley,
vamos a compararnos con lo peor, con los peores países del mundo (al
menos los que nos dicen los medios del régimen que son los peores),
Cuba, Venezuela y Bolivia. En Cuba se dedica un 13% del producto
interior bruto a educar a sus niños, casi cuatro veces mas de lo que
se va a dedicar en España. Serán malos, pero a sus niños les
cuidan, a los de todos, no solo a los de los curas. Pasemos a
Bolivia, un país lleno de populismo, allí dedican un 7.6% en
educación, el doble que en España. Por último miremos al peor país
del mundo según los diarios españoles: Venezuela, en Venezuela se
invierte en el futuro, en educación, el 10% del PIB, el triple de lo
que se va a invertir en España. Si dejamos a un lado esos países
tan malísimos y nos vamos a los países de nuestro entorno, vemos
que Portugal, Marruecos, Francia, Italia, rondan entre el 5 y el 6%
del producto interior bruto dedicado a educación, casi el doble que
lo que va a dedicar esta nueva ley en España. Si encima tenemos en
cuenta las particularidades de nuestro sistema educativo.........
En fin, esto es como querer tener el
mejor restaurante de Sevilla gastándote solo dos euros en cada menú
que sirvas, IMPOSIBLE.
Que decir de la religión, solo
comentar el último mensaje de los obispos, según ellos la escuela
es un lugar para evangelizar. Mejor me callo, ya que la rabia que me
hacen sentir me haría decir alguna barbaridad. Mejor paso al tercer
aspecto que llega a enlazar con la religión en las aulas al final.
Esta ley busca adaptar la educación al mercado y eso se traduce en
competitividad, desde pequeños, con revalidas, test de aptitudes y
reorientaciones academicas. Con esta ley, según las notas que saques
iras a la formación profesional o a estudiar de verdad, regresando
la FP a su condición de nido de marginalidad, nido que casi abandona
en estos últimos tiempos. Nuestros hijos verán a sus amigos y
compañeros como rivales y enemigos, ya que una décima podrá
truncar tus esperanzas mucho antes que ahora y ahí entra la religión
de nuevo, ya que la nota que saques cuenta como la de matemáticas.
Va a haber una optativa que se parecerá mucho a la ética de
nuestros tiempos, tanto se va a perecer que pasará lo mismo. ¿Que
pasaba antes con la ética y la religión? Yo daba ética y tenía
un trabajo por evaluación y un examen al final de curso y los de
religión sacaban sobresaliente solo con asistir, ahí esta el
problema. Se hace elegir a los alumnos entre un sobresaliente por
recibir doctrina y nada mas o la nota que te merezcas por formarte en
valores cívicos. Así que tenemos una asignatura que hay que
currarse y una a la que solo hay que asistir, en una escuela
altamente competitiva donde una décima va a contar para tener la
posibilidad del futuro que quieres. Que voy a hacer cuando mi hija me
diga: papa necesito la nota para estudiar X y la ética me quita
mucho tiempo. ¿Me puedo apuntar a religión que todos sacan dieces?
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