Siguen mis ganas irrefrenables de hablar en favor de
Villalobos, ya que cumple su palabra y eso hoy día es un valor a apreciar. Pero
no escribo este blog para hablar bien de los miembros del gobierno, así que
mejor me fijo en otros aspectos de la votación de hoy. Lo primero que me ha
hecho gracia es que un diputado de los nacional católicos ha votado a favor de
la retirada del proyecto, se ve que la fe idiotiza, José Eugenio Azpiroz se
llama el prenda. Si repasamos el resultado de la votación vemos otra cosa
curiosa, 136 votos a favor, 175 en contra y cero abstenciones, lo que da un
total de 311 votos emitidos o lo que es lo mismo, el 12% de los diputados no
estaban en el momento de la votación, parece una tasa de absentismo un poco
excesiva. ¿Verdad? Y más teniendo en cuenta que se sabía que los medios iban a
estar pendientes de esta votación, sobre todo viendo las declaraciones que
había hecho Villalobos hace dos días. Intrigado por ese absentismo he repasado algunas
votaciones y aparte de darme cuenta de lo poco que acuden los diputados al
parlamento a votar, he visto que el absentismo es generalizado, por ejemplo el
22 de enero solo votaron 309 diputados y no me vale eso de que tienen
comisiones y otras cosas, solo se vota una vez al mes, deberían asistir.
¿Os imagináis que nosotros tuviéramos ese absentismo
laboral? Ellos tomarían medidas, pero como ellos son la casta hacen lo que les
da la gana.
Hoy hemos tenido muchas noticias de la casta y según como se
enfoquen cambia radicalmente la visión de la noticia. En unos medios podemos
leer: el PSOE se va a aliar con Bildu para conseguir el gobierno navarro. En
otros leemos: incluso el PP ha dicho que si se confirma la corrupción tendrán
que votar la moción de censura. Y por último la que más gracia me ha hecho; el
PSOE mancha el nombre de una gran trabajadora para aliarse con Bildu y así conseguir
sus aviesos objetivos.
En realidad lo que ha pasado en Navarra es lo mismo que pasa
a nivel nacional, Montoro creó una consultora, de la que en teoría ya no es
dueño. Esa consultora trabaja para empresas defraudadoras como Cemex y consigue
que se libren de sus responsabilidades fiscales gracias a la mano del ministro
que en teoría ya no tiene nada que ver con la empresa que creó. La diferencia
entre Navarra y España es que unos tienen mayoría absoluta y los otros no, pero
ambos tienen la misma desvergüenza.
Por cierto y hablando de desvergüenza, la actual alcaldesa
de Bormujos en Sevilla vendió su voto por un miserable bolso, me parece tristísimo
y me recuerda otros casos. Se ve que a estos del PP les puede la moda.
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