Si os cuento lo que me ha pasado alucináis, ayer por ser el
día que era nos fuimos a comer por ahí, paseando dimos con un restaurante que
tenía buena pinta y el menú era excelente por su relación calidad precio, de
hecho, los restaurantes de alrededor costaban todos bastante más dinero y el
menú era similar.
Así que entramos, cuando llegamos al atril del metre para
pedir la mesa, este nos dijo que el pago de la comida se hacía por adelantado,
cosa que nos extrañó muchísimo, pero pagamos, veintitrés euros por barba, que era
el precio del menú. Al solicitar la comanda yo advertí al camarero de mi
condición de celiaco, me dijo que lo tendrían en cuenta a la hora de preparar
los platos y que no me preocupara. Llegaron los entrantes, muy ricos pero
escasos, muy escasos, llegó el primer plato, un consomé aceptable. Pero cuando
tendría que haber llegado el segundo plato, lo que vino fue un señor que nos
dijo que el dinero que habíamos pagado por los menús era insuficiente, que si
queríamos seguir comiendo teníamos que pagar trece euros más. Yo le dije que
eso era inaceptable, pero él me dijo que al pagar (al principio de la comida)
les habíamos ocultado mi condición de celiaco y que al decirlo después (al
pedir) habían tenido que cambiar todo el menú, incrementando así los costes y
que ese incremento no lo iba a pagar el restaurante. Así que tenía dos
opciones, irme con un consomé, dos canapés en el cuerpo y veintiún euros menos en
el bolso al restaurante de al lado donde me iban a cobrar a veintiocho euros el
menú, o pagar doce euros más (más de un 50% de incremento) y terminar de comer
en el restaurante donde ya estaba.
Inaceptable. ¿Verdad? Nadie toleraría una cosa así. Bueno
nadie no, la administración española lo tolera en más ocasiones de las que nos
gustaría, de hecho las empresas de la marca España han hecho de esos
comportamientos un modo de vida y cuando trabajan para las administraciones
ofertan cifras irrisorias para quedarse con las concesiones, ya que una vez
tienen el contrato cobran lo que les da la gana.
Las cifras que os he dado del restaurante las multiplicáis
por cien millones, quitáis restaurante de al lado y ponéis Bechtel y donde dije celiaco ponéis cemento, así obtenéis
lo que ha pasado entre Sacyr y Panamá.
Tenemos unos patronos casposos e impresentables, que solo
saben robar, explotar y sobornar. ¿Es está la imagen de la que tanto se
vanagloria Rajoy? ¿Estas son las empresas que llevan el nombre de España más allá
de nuestras fronteras? Que lastima entonces.
Y en Panamá o no hubo sobres de por medio o la casta no los aceptó
ResponderEliminarEs que estamos hablando de un dineral para un país como Panamá, tienen veintiocho mil millones de euros de PIB, yo creo que ni con sobres pueden asumir ese sobrecoste.
EliminarLos capitalistas, los ricos y demás recua, utilizan el país a su antojo. Es un negocio que tienen montado y no lo van a soltar. Si protestas o haces algo más te llaman «violento» a través de sus bocachanclas y plumíferos de siempre. ¿Ellos son los verdaderos violentos? Ya que son los responsables de tanta desigualdad e injusticia, y no hacen nada para eliminarlas. Seré 'utópico'... pero, hace falta una buena REVOLUCIÓN, para acojonarles y hacerles pagar todo lo que han hecho y están haciendo.
ResponderEliminarHace, desde luego hace.
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