jueves, 5 de febrero de 2015

Segunda oportunidad.

El gobierno va a hacer un plan de ayuda a los autónomos, plan de segunda oportunidad o algo así se va a llamar.

La idea es que un negocio fallido no te arruine de por vida e incluye la condonación de las deudas del autónomo a los tres años de haber quebrado.

Pero cuando leo las noticias me surgen dudas, a ver, no es que no tenga fe en el gobierno, ni que dude de su interés por ayudarnos. Sé cómo es el gobierno y cuáles son sus intereses. Por eso al leer ciertas cosas…

Os copio y pego unas frases sacadas del diario “El país”: “Así consta en un borrador de la ley de segunda oportunidad al que ha tenido acceso EL PAÍS, en el que el Ministerio de Justicia recoge las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que el pasado verano aconsejaba a España tomar medidas para lo que, en términos anglosajones, se denomina fresh start: que el fracaso de un empresario no le impida hacer tabla rasa para iniciar un nuevo proyecto.” http://economia.elpais.com/economia/2015/02/05/actualidad/1423127192_808840.html

El fracaso de un empresario… Todos sabemos que un autónomo no es lo mismo que un empresario y la diferencia fundamental entre ambos es la responsabilidad jurídica en caso de quiebra. Un autónomo responde de las deudas con sus bienes personales y con los bienes de su negocio, un empresario solo responde con su empresa y no con sus bienes personales.

Sabemos de la querencia de este sistema por los patronos y sabemos de la indefensión que sufren los autónomos. Por eso sorprenden esos lapsus lingues en los artículos de la prensa patronal. Quizás la realidad sea que este plan no va a defender a los autónomos, quizás le hacen para defender a los patronos.


Los pobrecitos patronos necesitan de toda la ayuda, pobre CLEANET que no puede pagar a sus trabajadores pese a cobrar religiosamente por los servicios que presta. Pobre Coca Cola que tiene que despedir a sus trabajadores pese a aumentar sus beneficios. Pobre señora Botina que tiene que recibir miles y miles de millones en ayudas directas y en exenciones fiscales. Pobres, ahora hay que hacerles un plan para que los juzgados no puedan obligarles a pagar lo que deben. 

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