Esta semana mi hija ha ido a un centro de educación vial con
el cole, se lo ha pasado genial y ha aprendido un montón. Ha sido una actividad
muy didáctica en la que han conducido cars, bicicletas y han hecho de
reguladores del tráfico. Muy didáctico todo, pero ha habido un detalle de buena
voluntad, que ha tirado por tierra todo lo aprendido en el curso.
Os cuento; los niños han ido andando desde el cole al centro
de educación vial, está muy cerca a unos diez minutos andando y no merece la
pena el gasto de un autocar. El problema surgió a la hora de regresar al cole, empezó
a llover torrencialmente. El cole se puso a gestionar un autocar que trajera a
los niños, pero era complicado que llegara a tiempo.
Los policías municipales tuvieron el detalle de llevar a los
niños al cole en sus coches particulares, cinco niños en cada viaje llevaron.
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