“… Que la sombra de tus crímenes
te vista de luto el alma…”
te vista de luto el alma…”
“Radio Sevilla”
¡Atención! Radio Sevilla.
Queipo de Llano es quien ladra,
quien muge, quien gargajea,
quien rebuzna a cuatro patas.
¡Radio Sevilla! –Señores:
aquí un salvador de España.
¡Viva el vino, viva el vómito!
Esta noche tomo Málaga;
el lunes, tomé Jerez;
martes, Montilla y Cazalla;
miércoles, Chinchón, y el jueves
borracho y por la mañana
todas las caballerizas
de Madrid, todas las cuadras,
mullendo los cagajones,
me darán su blanda cama.
¡Oh, qué delicia dormir
teniendo por almohada
y al alcance del hocico
dos pesebreras de alfalfa!
¡Qué honor ir al herradero
del ronzal! ¡Qué insigne gracia
recibir en mis pezuñas,
clavadas con alcayatas,
las herraduras que Franco
ganó por arrojo en África.
Ya se me atiranta el lomo,
ya se me empinan las ancas,
ya las orejas me crecen,
ya los dientes se me alargan,
la cincha me viene corta,
las riendas se me desmandan,
galopo, galopo… al paso.
Estaré por Madrid mañana,
que los colegios se cierren,
que las tabernas se abran.
Nada de Universidades,
de Institutos, nada, nada.
Que el vino corra al encuentro
de un libertador de España.
-¡Atención! Radio Sevilla.
El general de esta plaza,
tonto berrendo en idiota,
Queipo de Llano, se calla.
Queipo de Llano es quien ladra,
quien muge, quien gargajea,
quien rebuzna a cuatro patas.
¡Radio Sevilla! –Señores:
aquí un salvador de España.
¡Viva el vino, viva el vómito!
Esta noche tomo Málaga;
el lunes, tomé Jerez;
martes, Montilla y Cazalla;
miércoles, Chinchón, y el jueves
borracho y por la mañana
todas las caballerizas
de Madrid, todas las cuadras,
mullendo los cagajones,
me darán su blanda cama.
¡Oh, qué delicia dormir
teniendo por almohada
y al alcance del hocico
dos pesebreras de alfalfa!
¡Qué honor ir al herradero
del ronzal! ¡Qué insigne gracia
recibir en mis pezuñas,
clavadas con alcayatas,
las herraduras que Franco
ganó por arrojo en África.
Ya se me atiranta el lomo,
ya se me empinan las ancas,
ya las orejas me crecen,
ya los dientes se me alargan,
la cincha me viene corta,
las riendas se me desmandan,
galopo, galopo… al paso.
Estaré por Madrid mañana,
que los colegios se cierren,
que las tabernas se abran.
Nada de Universidades,
de Institutos, nada, nada.
Que el vino corra al encuentro
de un libertador de España.
-¡Atención! Radio Sevilla.
El general de esta plaza,
tonto berrendo en idiota,
Queipo de Llano, se calla.
Rafael Alberti
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