Yo no soy una persona muy formada, creo que ya os lo he
contado alguna vez. Yo no me he leído a Marx, ni a Rosa de Luxemburgo, ni al hoy
muy nombrado Gramsci. Mi ideología se formó por la observación, la empatía y la
guía de los poetas. Poetas modernos y antiguos, poetas que cantan. Mucho os he
hablado de Evaristo Páramo, alguna vez de Fermín Munguruza. Hoy quiero poneros
a uno del que nunca os he hablado, pero luego, que no es este el tema de hoy.
Como os digo yo no soy una persona muy leída, pero no hace
falta leer mucho para ver que no hay patrono bueno y que este mundo capitalista
en el que estamos nos limita de un modo que ni siquiera nos podemos imaginar.
Como mi ideología se basa en la observación y no estoy formado como para daros
una explicación compleja, os contaré a modo de apunte un par de ejemplos que he
observado.
Las farmacéuticas sacan su dinero de vender medicinas, esto
es evidente. Por lo tanto, ganan dinero con nuestras enfermedades. ¿Cómo
ganaran pues más dinero, curándonos esas enfermedades o tratándolas? No creo
necesaria la respuesta, por lo tanto. ¿A dónde dirigirán sus esfuerzos de
investigación, a curar enfermedades o a estabilizarlas? Ejemplo concreto: el
SIDA, un enfermo de SIDA tiene que tomar medicación todos los días, generando
ingentes beneficios a las empresas farmacéuticas. Es un virus, con los
adelantos que hay hoy en día. ¿De verdad no se puede matar un virus por mutante
que sea? Puedo poner miles de ejemplos de enfermedades crónicas a las que no se
encuentra cura, enfermedades que requieren medicación continuada y que generan
ingentes beneficios. Pero quizás el mejor ejemplo sea una enfermedad que hoy si
tiene cura, la hepatitis C. Hoy hay un tratamiento carísimo que la cura, pero
no te dan ese tratamiento a menos que estés jodido de verdad y estar jodido de
verdad con esta enfermedad es incluso recibir trasplantes. Por caro que sea el
tratamiento ese que cura. ¿Acaso no es más caro estar medicado durante años,
viendo como se deteriora tu cuerpo día a día? Recordareis las reticencias de
nuestro gobierno a dar el tratamiento, lo que decía el ministro de sanidad, los
expedientes a médicos por recetarlo. Recordad también que este gobierno está
totalmente vendido a los intereses patronales.
Otro ejemplo es todo lo relacionado con los combustibles fósiles
y las fuentes de energía. Vemos como los intereses patronales se imponen a las
sostenibilidad del planeta. Vemos como se penaliza toda utilización de energías
renovables (el famoso impuesto al sol). Vemos como se limita la investigación
de todo lo que pueda suponer un ahorro para nuestros bolsillos.
Que podemos decir ahora de la obsolescencia programada. Las
grandes compañías investigan para que los productos que compras se rompan
pronto, pero no demasiado, lo justo para que la rueda siga y ellos ganen más y
más dinero. Investigan para que una bombilla se funda, hoy hay tecnología para
que una bombilla dure 100 años. Investigan para que tu lavadora no llegue a durar
diez años. En definitiva, investigan para que sigamos engordando patronos.
Son tres ejemplos pero hay infinidad más. Hoy casi toda la
investigación está en manos de la empresa privada, por lo tanto, casi toda la
investigación está orientada a que los patronos ganen más dinero y os puedo
asegurar que entre las preocupaciones de los patronos no está el mejorar
nuestro nivel de vida. ¿Qué creéis que pasaría si en sus investigaciones
descubren una cura para el cáncer? ¿O una placa solar de rendimiento óptimo? ¿O
cualquier otra cosa que limite sus ganancias? En la respuesta a esta pregunta
está la necesidad de cambiar el sistema.
Por lo que observo sé que este no es el camino, por lo que
observo me considero comunista y por lo que observo opino. Opino sobre todos
los temas y sobre ninguno tengo una base teórica firme. Nunca nadie me ha dicho
que yo no sea comunista por mi falta de formación, ni nadie me ha reprochado
que opine sin saber. Al contrario, me dicen que aporto frescura y una concreción
envidiable.
Pero todo tiene sus excepciones y algunos opinan que por no
estar formados somos una especie de infra seres que no merecemos tener opinión,
incluso que no merecemos ni leer las opiniones que vierten ellos para sus
cultivados lectores. Pongo unos ejemplos muy gráficos, el primero del “filosofo”
Alba Rico, mirad la perla que nos ha dejado hoy en twitter: “La dolorosa
inutilidad de twitter: de nada sirve escribir para quienes no saben leer”. Pasemos
al alcalde de Cádiz, que en un pleno dijo: “problemas de comprensión, ninguno,
porque yo tengo una carrera y usted ninguna, se lo recuerdo”. Y dejo para el
final un artículo completo, este: http://www.eldiario.es/zonacritica/como_no_caer_en_un_mansplaining-barbijaputa-aliados_6_539006109.html
Habla sobre los hombres feministas y suelta perlas como
estas: “Cualquier crítica que quieras hacer, por muy brillante que te parezca,
no te quepa duda: si era necesaria ya la hizo antes una feminista.” O esta: “Para
las mujeres, por regla general, es impensable cruzar la línea que hay entre
preguntar para instruirse y hablar para dar lecciones a alguien que sabe más.
Para los hombres esa línea no suele existir, y tan pronto acaban de conocer un
tema ya creen poder rebatir los argumentos a quien tienen delante (si es una
mujer, claro), porque dan por hecho que ella no ha tenido en cuenta otras
variables, otros escenarios, ella no ha caído porque es mujer y necesita de la
inteligencia de él para completar su conocimiento.” Y la última que pongo (pero
no la última que hay en el texto): “Desde el momento en que dices estas
palabras, el obstáculo para el feminismo eres tú, no ella. Las mujeres
feministas leen y se informan mucho más de lo que tú lo harás, porque ellas ya
son conscientes de la importancia que tiene esta lucha en sus vidas, ellas ya
saben más que tú, y aunque así no fuera: ya hay otras mujeres feministas que
debatirán con ella sobre lo oportuno o no de su planteamiento, y lo harán desde
la experiencia de opresión que tú no tienes ni tendrás.”
Sobre Alba Rico y sobre “Quichi” poco que decir, está claro
que para ellos hay clases, y que yo no pertenezco a su clase. Pero quería
detenerme en el artículo de @Barbijaputa. Hay una cosa que se llama empatía, no
necesito sufrir el tormento que pasa una persona con hepatitis C, no necesito
sentir la desesperación que tendrá al ver que se acaba el tiempo y no recibe el tratamiento. No
necesito sentir eso para unirme en su lucha y para escribir sobre ello, me
pongo en su lugar y me imagino su desesperación. Así mismo, no necesito
trabajar doce horas al día para saber lo que es sentir que tu vida se va por el
retrete, que solo vives para trabajar. No lo necesito porque he pasado otras
cosas que me han enseñado lo que es vivir oprimido y con miedo. No soy mujer
efectivamente, pero a mí me maltrataron de pequeño, tuve una infancia de auténtica
mierda y me puedo imaginar sin problemas lo que es sufrir el machismo, solo tengo
que extrapolar y empatizar. Y por supuesto, puedo opinar sobre ello, como opino
del resto de cosas.
Dices que lo que un feminista pueda decir ya lo habrá dicho
antes y mejor una feminista y puede que tengas razón, seguro que la tienes. Por
supuesto que sé que mis ideas en cualquier tema no son originales, sé que todo
lo que escribo lo han escrito antes otros y sé que lo han hecho mucho mejor que
yo. La cuestión fundamental es el punto de vista, no soy original en los temas que toco,
soy original en como los enfoco.
En fin, os dejo con Paco Ibáñez y con una canción con la que
me sentía muy identificado. Cuando era militar y escribía para Anemoi, cada vez
que me publicaban un artículo se me venía a la cabeza este tema:
Por mi mala cabeza
yo me puse a escribir.
Otro, por mucho menos,
se hace Guardia Civil.
Por mi mala cabeza
creí en la libertad.
Otro respira incienso
las fiestas de guardar.
Por mi mala cabeza
contra el muro topé.
Otro levantó el muro
con los cuernos, tal vez.
Por mi mala cabeza
sólo digo verdad.
Por mi mala cabeza
me descabezarán.
José Agustín Goytisolo (de ALGO SUCEDE)
Javi leyendo tu entrada, se remueve algo dentro, es verdad, no hace falta ser esclavo para saber que significa. No dividen y enfrentan: obreros contra autónomos y funcionarios, hombres contra mujeres, excluidos del tercer mundo contra los del primero. Y casi nadie leyó a Marx, pero lo que más me duele es que los imbéciles que dicen que se equivocó no saben ni el título de su obra principal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es el diario punto es, que saca cosas de mis entrañas que no me acordaba que estaban. Llevaba días con malas sensaciones al leer sus articulos, pero ayer por la noche al leer esto de @Barbijaputa hice clik.
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