Sigo atascado y si no os cuento lo que me atasca no voy a
poder escribir otra cosa, así que ahí va. Hace unos días salieron en internet
unas capturas de un libro infantil de María Frisa, las habréis visto, pero las
pongo por si acaso no las hubierais visto:
Al leer la etiqueta de la chincheta me quedé helado, yo las
pasé putas en el colegio y leer esa apología al acoso escolar me trajo todos
los recuerdos en tropel. Estuve unos días jodido y al final me decidí a
escribir a la autora, le mandé esta carta por Facebook:
Ya sé que puede parecer un poco cruel, pero
piénsalo despacio. Así empiezas tu etiqueta. ¿Un poco? Mira, yo las pasé putas
en el colegio, no podía dormir, me levantaba todos los días con un nudo en el
estómago. Levantarme e ir al colegio era una autentica tortura, todo por un
niño que me hacía la vida imposible y por el resto que le seguían. No podía
recurrir a nadie, incluso los profesores secundaban a ese niño criminal, y es
que yo era muy raro o así lo veían ellos.
Después superas ese recuerdo, ese dolor,
rehaces tu vida y disfrutas de las cosas. Descubres que hay gente que te quiere
y que en el fondo no eres tan raro. Sigues y olvidas el pasado, pero de vez en
cuando el recuerdo regresa y te golpea, a veces hay un desencadenante, otras
no, simplemente regresa.
Al leer esa etiqueta el recuerdo me ha golpeado
como un martillo golpea a un yunque. Todo ha regresado, esas humillaciones, esa
desesperación, ese dolor. Aun no puedo ni contar lo que me hacían, duele
demasiado todavía y tengo ya 45 años.
Me he animado a escribirte porque tengo una
hija que tiene edad para leer tus libros y edad para infringir o sufrir lo que
aconsejas en esa etiqueta, lo que me hicieron a mí. Uno espera que la sociedad
evolucione y mejore, pero veo con horror que no solo no mejora, sino que
empeora, hoy aconsejan e incitan en los libros maltratar a otros niños y si es
tu mejor amiga mejor, más dura y chachi eres.
No sé si leerás esto e incluso si lo lees, no
sé si te hará pensar, por tus letras deduzco que tú eras de las que seguían a
ese cabrón cruel que se dedicaba a destrozar la vida a los demás. Pero te
quería decir que tus letras influyen, influyen a las niñas que leen. Siento
desolación, mucha mucha tristeza.
Un abrazo.
La autora me respondió y me dijo (entre otras cosas) que
leyera el libro entero, que ese no es el mensaje que transmite ni de lejos. Yo
le di la razón, no me había leído el libro. Le pedí perdón por juzgar sin tener
todos los elementos de juicio y después por supuesto me leí el libro entero.
Como dice la autora, el libro no busca fomentar el acoso
(pero lo hace), ni busca ser machista (pero lo es). Son como diría Obama, daños
colaterales. El libro es una exaltación del individualismo más brutal. La
protagonista es una niña absolutamente incapaz de empatizar con nadie, que
tiene unos absurdos objetivos vitales y utiliza a todo su entorno para
conseguirlos. Los humanos que la rodean, sean padres, amigos, compañeros o hermano,
son incordios o herramientas, no siente nada hacia ellos.
A la autora le diría que no se preocupe, que estas críticas
son flor de un día, internet tiene memoria de pez y la gente más. Su mensaje es
el que quiere el poder y sus libros adoctrinan a los niños más sensibles y más
inquietos, a los niños que leen. Así que pronto podrá escribir otro súper
ventas sin ningún problema. Y podrá con su mensaje seguir jodiendo vidas.
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