Hace más de dos años y quinientas entradas que tengo este
blog, de esas entradas, copia y pega creo que son solo cuatro, el resto las he
escrito yo. Pues bien, la entrada más leída de la historia del blog es una de
esas cuatro, la de “Montoro y familia se quedan mil pisos de Bankia a precio de
ganga”.
Pese a eso hoy os voy a copiar y pegar un artículo de un
blog afín. Lo hago porque se acerca casi al cien por cien a lo que pienso de
los partidos que se presentan a las elecciones europeas y llega a la misma
conclusión que yo respecto al sentido del voto que voy a emitir estas
elecciones. Quizás el lenguaje que emplea es un poco duro para mi gusto, pero
por lo demás es una atinada reflexión. Os dejo el articulo extraído de "la barricada cierra la calle pero abre el camino" (para los enlaces tendréis que ir al original):
Por Marat
Estoy firmemente convencido de que los votantes de todas o
algunas de la candidaturas a las que digo que no pienso votar evitarán leer
este artículo porque muchos de ellos ya suponen de cuáles voy a hablar y no
desean encontrarse con información que afee la bonita imagen que ellos mismos
prefieren tener de sus candidatos/as y organizaciones. No hay peor ciego que
aquél que se saca los ojos para no ver lo que no desea ver. Ni mayor sordo que
el que lo es por su propia voluntad. No obstante, si este texto sirve para
aclarar dudas a algún indeciso que siente alguna simpatía hacia cualesquiera de
aquellas o alguien se lo hace llegar a algún amigo o conocido, me daré por
satisfecho.
En este artículo vas a encontrar muchos enlaces. Si crees
que lo que en él se cuenta es cierto, no necesitarás el tedioso esfuerzo de ir
para delante y para atrás de forma constante, atendiendo tanto a la lectura del
artículo como a los citados enlaces. En tu manos está la libertad de decidir de
qué modo lo leerás. Nadie te obliga a leerlo de un modo u otro. Por tanto,
sobran comentarios acerca de lo pesada que una forma determinada de lectura
pueda resultarte. Las consecuencias de tu decisión no me las endilgues a mí.
No votaré al PP porque es el partido enemigo de la clase
trabajadora, de la igualdad y de la fraternidad. Porque es el partido enfeudado
en un franquismo casposo que se niega a enterrar. Porque es el heredero de
quienes fusilaban al amanecer y de quienes encarcelaron la palabra. Porque es
el partido de los hijos de quienes metieron a mi padre en un batallón de
trabajadores después de obligarle a huir a Francia donde le recibió el campo de
concentración de Argelès-sur-Mer al acabar la guerra civil que sus papás
provocaron. Porque es el partido de la mentira y de los empre-Saurios. Porque
es el partido del Estado totalitario de derecho, conculcador de las libertades.
No votaré al PSOE porque soy de izquierda y ese es el
partido de los capitalistas modernos, de suaves maneras y de políticos cínicos,
carentes de idea alguna que no sea su propia supervivencia de arribistas.
Porque es el partido que convirtió en constitucional la prioridad de pagar la
deuda del Estado sobre los derechos sociales y económicos de los más débiles.
Porque es un partido del que no cabe esperar renovación alguna sea el marketing
de los vendeburras. Porque es un cadáver andante que no sabe que ha muerto hace
ya mucho tiempo. Porque no es el partido de los trabajadores sino que fue el
señuelo de compra de voluntades con guiños progres en forma de cheques-bebés
(dicho en sentido metafórico) y similares píldoras para captar el voto de cada
colectivo al que contenta con sus caramelos. Y ahora ya ni eso porque se les
acabó la máquina de hacer billetes y en su chistera ya no hay conejos.
No votaré a ninguno de los dos porque son los partidos de
“la mordida" y porque en la UE PP y PSOE votan juntos el 73% de las veces
y en materia económica el 68% de ellas. Esta es la razón que explica los
insistentes rumores de un grosse coalition europea entre conservadores y
social-liberales a nivel europeo (Juncker-Schulz) y entre PSOE y PP
(Rajoy-Rubalcaba) en España
No votaré a Vox porque es un partido aún más a la derecha
que el PP. Porque su esencialismo de patriotas de hojalata (“indisoluble unidad
de la nación española”), capaz de aplicar un consejo de guerra a cualquier
presidente autonómico independentista, me produce arcadas. Porque un partido
que habla del “imperio de la ley” en su manifiesto resumido me recuerda al
personaje principal de la película “El juez de la horca” o al sheriff de “OK.
Corral”. Porque un partido antiabortista como él sólo piensa en tocarle los
ovarios a la mujer y porque su visión de la “protección de la familia” es la de
un cura violando a mujeres para que den más hijos a Dios y a la Patria. Porque
para partido que defiende “la economía de mercado, la libre iniciativa y el
pleno reconocimiento del derecho de propiedad”
ya tengo al PP y el PSOE. Los originales siempre son mejor que la copia.
Porque en su defensa de la privatización sanitaria siempre estará por detrás
del inimitable e inefable (por impronunciable) Wert. Porque gran parte de su
programa y Manifiesto me recuerda al de Falange Española (y) de los CoJONS.
No votaré a Renovación Democrática Ciudadana (RED) del juez
campeador Elpidio Silva porque pongo por delante mi condición de trabajador con
conciencia de clase que la de ciudadano, de ese ciudadanismo desclasado e
integrador de todas las contradicciones de clase. Porque no entiendo a alguien
que, viéndose atacado por los poderes de la banca, monta una candidatura para
ser eurodiputado al saber que se le acababa la carrera judicial. Eso ya lo hizo
Ruíz Mateos y con un nivel de esperpento que Silva pronto alcanzará. Porque
alguien que pretende ser político, y aún es juez, aunque en suspenso, debiera
ser un “ciudadano” honrado que paga sus
deudas. Lo digo por esto y por esto. Porque no tengo 300 euros para cenar con
él, ni 20 para pagarle por un autógrafo, ni 25 para una charla con el mismo y porque
mi escaso dinero creo que tiene que tener mejor empleo. Porque ha convertido su
juicio, aunque tenga razón en recusar a varios miembros de la sala, en una
charlotada, en lugar de tener la valentía de desmontar las acusaciones, y eso
me parece mal comienzo para quien se presenta como un paladín dispuesto a
cambiar el sistema de justicia. Porque no soporto a los “ni-nis” -ni de
izquierdas ni de derechas; esto es, de derechas- Porque una candidatura que
está apoyada por hartos.org, que ha llevado a fascistas en sus listas y va de
de “ni-ni”, me parece más que rechazable.
No votaré a Podemos, propiedad de Pablo Iglesias y sus
mariachis, porque me dan miedo los mesías cuyo ego y cuyo culto a la
personalidad de sus correligionarios convierten su cara en el logotipo “su”
partido político. Ni Stalin, criticado justamente, entre otras muchos motivos,
por el culto a su personalidad que creó de sí mismo, se atrevió a cambiar el
logo de su partido por su jeta. Porque, como ya dije, no soy un n-ni. Porque
jamás apoyaré a estrellitas mediáticas fabricadas en las televisiones del
capital ya que no puedo esperar que éstas me ofrezcan nada que sea conveniente
a mis intereses de clase. Porque lo que
pienso sobre Podemos, del partido que está dentro del “nuevo partido”, de sus
dirigentes y de los motivos que llevan a ciertos medios y a intereses ocultos a
proyectar su “estrellato” que acabará en “estrellado” ya los he expuesto en un
artículo anterior. Porque mal comienzo es el de un partido que copia un diseño
ajeno para hacer el cartel de la reunión de sus círculos. ¿De qué me suena a mí
eso de los Círculos? Ah sí. Porque el partido Podemos tiene unos estatutos que
hacen de algo recién creado ya una organización esclerotizada, con tendencia a una escasa democracia interna
y el hiperliderazgo. Porque tengo memoria y cultura política y sé muy bien a
quién y a quiénes sirve el trotskismo de organizaciones como Izquierda
Anticapitalista, que ha hecho todas las piruetas imaginables, y aún hará
algunas más. Y sobre todo porque puestos a ser reformistas, como es Podemos,
hay otras opciones que lo son menos y están a su izquierda.
No votaré a primavera Europea (Compromís-EQUO y otros)
porque es una especie de IU pero en versión muy derechizada. Porque, para ser
una candidatura que critica la profesionalización de la política tiene en
Valencia y en Madrid, al menos, a gente que lleva demasiados años dedicada
profesionalmente a la misma. Es una cuestión de coherencia: no criticar aquello
que a uno le puedan afear por caer en lo mismo. Porque su dirección está compuesta
básicamente de tránsfugas de otros partidos, lo que me hace pensar que son
leales antes a sus propios intereses que a organizaciones concretas. Porque son
una muestra más de la venta de la burra de la “democracia participativa” en
base a votar digitalmente, cuando la auténtica democracia es más que voto y
sobre todo, es participación activa, en la vida política y social, en las
luchas que, o se realizan en la calle, o son humo. Porque EQUO tiene un
coportavoz, Juan López de Uralde, que lo ha sido de Greenpeace, una ONG
accionista de la petrolera Shell . Y,
según parece, financiada también, entre otros por la familia Rockefeller y la
petrolera Exxon. Coherentemente con esto, EQUO y López de Uralde no se sitúan
en el eje izquierda-derecha. Porque dicho lo anterior es lógico que otros
partidos que están dentro de la candidatura liderada por Compromís-EQUO tampoco
son de derecha ni de izquierda. Es el caso de Por Un Mundo Más Justo o
Democracia Participativa, un partido casi inexistente, también de derechas,
como los anteriormente mencionados.
No votaré a Recortes Cero porque soy contrario a las sectas
-UCE-, cercanas a la extrema derecha, junto a la que no dudan en manifestarse,
que se camuflan dentro de candidaturas aparentemente plurales, con algún incauto
que les dé color y un nombre lo bastante emocional como para que piquen los
ignorantes. Porque un grupúsculo -el que está tras la candidatura- que pasa de
apoyar a Izquierda Unida, y en su día a Suárez, y luego a UPyD, a cuya duce
llaman Rosa-Obama, no puede esconder nada bueno. Porque este partido ha timado económicamente
a muchos de sus ya ex militantes, con los que mantiene elevadas deudas. Porque
no me sorprende que los fascistas de la Asociación DRY apoyen esta candidatura.
¿Cómo no iban a hacerlo si está copada su candidatura casi en su totalidad por
sus hermanos ideológicos de la UCE? Porque Unificación Comunista de España
(UCE) es una empresa registrada notarialmente como tal
No votaré al Frikipartido X porque detrás de la
tecnopolítica y de la ingeniería política hay siempre una gran mentira, la que
pone el método -democracia 4.0- por delante del programa porque necesitan
ocultar que su programa se agota en puro fuego de artificio, en un bla, bla,
bla genérico donde las bonitas palabras para el analfabeto político esconden la
ausencia de un proyecto que realmente inquiete al capital. Porque si el 15M me
asqueaba y lo combatí no entiendo por qué no debo combatir a uno de sus
detritus. En esta lista hay otros varios. Porque tanto ingeniero informático,
emprendedor y experto en la “sociedad de la comunicación” en sus listas y de
caras visibles de la Red Ciudadana Partido X me convence de que los neopijos
digitales sólo buscan resolver lo suyo como joven generación clase media que no
quiere verse descolgada del nivel de vida de sus papás. Porque un “método” que
se resume en “democracia y punto” me suena tan autoritario como “el creer,
obedecer” (“combatir” estos poco) de los fascistas italianos. Porque ese slogan
es un resumen de la soberbia de la pretendida “generación mejor preparada de la
historia” que, sin embargo, es la más desreferenciada políticamente. Porque un
partido que se presentó primero en un vídeo con actores, guardó la incógnita de
quienes estaban detrás y finalmente terminó su striptease con Falciani de
cabeza de cartel y unos cuantos ligados al 15M de Barcelona y otros lugares, es
la prueba más palpable de que lo que importa es la performance, la forma del
cartón piedra por encima del fondo (vacío), la conversión de la política en mero
espectáculo, lo que degrada a aquella. Porque hacer bandera de la corrupción y
de los bancos como productos estrella es reducir la realidad de la crisis
capitalista y de sus causas reales al mero populismo oportunista de lo que está
de moda o puede captar votos. Porque decir que no se quiere poner la ideología
o la definición en términos de izquierda-derecha porque eso impide encontrar un
“mínimo común denominador y el método para conseguirlo” eso es dar gato por
liebre y esconder que en realidad se es de derecha liberal y, en el mejor de
los casos, parcialmente social, justo en la medida en la que a la desclasada
clase media que representan le permita seguir manteniendo su estatus. Porque su
concepto de democracia participativa es millones de Enjutos Mojamutos
conectados al gran establo de la red y dando al “me gusta” a cada una de las
chorradas que a estos frikitipejos se les ocurra. Porque cuando Falciani, su
cabeza de lista, admite que ha pactado con los Estados para luchar contra la
falta de transparencia bancaria sé que me está mintiendo porque los Estados
responden a intereses de clases (que seguramente no existen para Falciani y sus
secuaces) y los que hoy dominan son los de la burguesía capitalista. Su brindis
al sol me recuerda a aquello que pactaron al principio de la crisis los
miembros del G-20: acabar con los paraísos fiscales. Porque la afirmación de
que “Esta noción de partido "o hacia la izquierda o hacia la derecha"
no tiene sentido cuando se piensa en el proyecto y cuando se piensa en lo que
significa la democracia. La democracia no es separarse en partidos sino
reunirse en torno a proyectos comunes” sólo puede ser sostenida por un imbécil
o por un fascista, dado que la democracia -burguesa, lo que es este sujeto- es
precisamente la posibilidad de que todas las ideas políticas puedan expresarse
o estén representadas.
No votaré a Ciudadanos porque, por mucho que Albert Rivera
en Cataluña pretenda presentar un perfil moderado, es una expresión patriotera
y de derechas al estilo de UPyD y de Vox. Porque lejos de ser una solución al
hecho identitario en Cataluña es parte del enconamiento de un patriotismo
español que sólo agudiza las tensiones entre comunidades. Porque su candidato,
Javier Nart, es la evidencia del aventurerismo político en un largo viaje que
va desde el PSP de Tierno Galván a Ciudadanos, pasando por el PSOE. Porque el
señor Nart debe explicar lo de su cuenta en Suiza y porqué su nombre aparece en
el “caso Palau”, uno de los episodios de corrupción de CiU más sonados.
No votaré a UPyD
porque esta formación “ni-ni” es en el fondo una forma de populismo
neofalangista al servicio del personalismo de una lideresa que ha hecho de la
democracia interna en su partido un sacarsmo. Y lo dice uno que no ha dejado de
ser un reaccionario ex UpyD. Basta para entender su ideología los enlaces
recomendados que pone en su página.
Porque parlamentariamente es la
marca blanca del PP. Porque tiene dentro de sus filas a un imbécil misógino
como Toni Cantó. Porque no creo que la unidad del territorio de un Estado se
pueda fundamentar en la fuerza, la amenaza o la imposición sino en la libre
determinación de compartir un proyecto de país.
No votaré a ninguna opción nacionalista porque soy
internacionalista y porque creo que cuando un proyecto soberanista se impone
como objetivo máximo y determinante de una organización política los factores
de clase, sociales y económicos pasan a un segundo plano, por muy de izquierdas
que sea ese proyecto soberanista. Porque para ser hegemónico dentro de un territorio
en el que el proyecto nacional es clave se acaba por entrar en los territorios
ideológicos del nacionalismo de derechas, si se quiere ganar unas elecciones
por mayoría absoluta o bien se pacta con esas fuerzas nacionalistas de derechas
sacrificando el componente ideólogico de izquierdas en todo o en parte.
No votaré en general a ningún partido, candidatura o
coalición que pretenda vender la burra de las elecciones primarias como muestra
de democracia interna porque la práctica ha demostrado que eso no es así y que
elecciones primarias son compatibles con un bajo nivel de participación
política de sus bases. Porque son pura mercadotécnia y show business político y
base del cesarismo y el bonapartismo políticos.
No votaré en general a ningún partido, candidatura o
coalición que se presente como regeneradora de España o de la política porque
en la historia de España no han faltado ocasiones en las que el
regeneracionismo ha acabado transitando hacia el fascismo o sus antecedentes
(Ramiro de Maeztu, Miguel Primo de Rivera). Porque en su versión más
“progresista”, que ha existido y no ha sido minoritaria el regeneracionismo no
es más que un reformismo aséptico (modernización) en lo referente a la
estructura social que no se plantea erradicar las causas de la injusticia
social y la desigualdad, las cuales son ante todo económicas y derivadas de un
sistema concreto y de las relaciones sociales en las que éste se asienta.
Y sí. Creo necesario votar y no hacerlo en blanco en estas
elecciones europeas. No lo creo así por sistema ya que considero el voto como
una conquista y un derecho, no como una obligación.
Pero esta es una de esas ocasiones en las que creo que al
poder económico del capital le interesa que sus víctimas y quienes se le oponen
no vayan a votar porque no es cierto que dé igual a quien se vote o que la
culpa de la crisis sea de los políticos en genérico porque ésta no se inició en
el sistema político sino en el económico y no por unas decisiones
principalmente políticas sino por una crisis de sobreproducción capitalista que
derivó en crisis financiera; no al revés.
Y por supuesto, no es cierto que todos los políticos sean iguales porque
eso es lo mismo que decir que la política es, en sí, algo sucio y malo y que si
me interesa la política y quiero realizar actividad política, que hay muchas
formas de hacerla, sea un sinvergüenza porque, si esa es la afirmación, a los
demás nos da todo el derecho a decir: quienes afirman que todos los políticos
son iguales son la quintacolumna del capital y del fascismo.
Por si usted quiere saber a quién votaré le diré que, como
comunista que soy, me gustaría poder votar a una opción de esa ideología, pero
la situación de los partidos comunistas en España me parece hoy profundamente
desalentadora y soy consciente de que nos jugamos mucho, el auge de los
populismos prefascistas y antipartidos en este país (muchos de los grupos que
he citado pueden se inscriben en esta tendencia) y de los fascismos en Europa
(que el 25 de Mayo serán la opción más votada en un puñado de países) y pronto
empezarán a articular alianzas continentales, con los riesgos históricos que
ello significa.
Creo muy válido votar ideológicamente y hacerlo a las
izquierdas -considero al PSOE derecha (aún) democrática)- porque, por mucho que
no nos gusten a la clase trabajadora (que es la que me importa) las izquierdas
que tenemos, son infinitamente mejores que la patulea de partidillos,
coaliciones y candidaturas a las que no votaré.
En mi caso, con una pinza en la nariz, porque son muchas las
cosas que me distancian de ellos (entre ellas, que es una fuerza
socialdemócrata porque el PSOE ya no es ni social-liberal siquiera o su
ciudadanismo) actuaré, dentro de mi posición en la izquierda, pragmáticamente y
votaré por Izquierda Unida, hacia la que soy profundamente crítico, pero que
constituye la única fuerza política capaz de impedir que el voto hacia las
opciones reaccionarias que están configurándose en mi país y en Europa se
empiece a asentar al menos en el Estado español. Y porque, a pesar de sus
pactos con el PSOE en Andalucía -espero que no acaben la legislatura- y de sus
referencias sindicales -ya no exclusivas entre sus militantes- en los
domesticados pactistas de CCOO, muchas luchas en la calle no hubieran alcanzado
el desarrollo logrado sin el esfuerzo de su militancia. Desgraciadamente
tampoco la disidencia controlada del 15M pero, afortunadamente, esa serpiente
ya ha muerto, a pesar de que haya dejado sus huevos antipartidos y populistas.
En cualquier caso, y dado que mi voto no es ciego ni
acrítico, lo que tenga que decir sobre IU -y sé que a muchos de mis lectores no
les va a gustar- lo diré pasado el 25M. En todo caso no le debo nada a IU sino
que es más bien al revés -y algunos de ellos saben por qué lo digo- y es a mi
propia conciencia política a la que debo responder.
Vota a Pacma!!!
ResponderEliminarNo, simpatizo con su causa, pero no les votaré.
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