El misterio de las lentejas azules.

Hoy me ha pasado algo muy curioso. Mi mujer mañana come en el trabajo, así que esta noche me tenéis haciendo unas lentejitas para que se las lleve en un túper. Como a mi hija no le gusta encontrarse trozos de cebolla en las lentejas, paso por la batidora la cebolla antes de rehogarla. Normalmente hecho también unos dientes de ajo para dar sabor, pero en esta ocasión he triturado los dientes de ajo con la cebolla para que tampoco se vean.

Pues bien, después de hacer todo eso, he puesto un poco de aceite de girasol en una cazuela y cuando se ha calentado he echado la mezcla de cebolla y ajo para hacer el rehogado y aquí viene lo curioso, se ha puesto todo de un color azul verdoso. Lo primero que he pensado es que la cazuela tenía algo antes de empezar a cocinar y yo no lo he visto. ¿El qué? Pues que se yo. ¿Fairi? Lo he descartado casi al momento, las cazuelas las friego yo y os aseguro que no dejo restos de jabón y aunque hubiera habido algún resto, jamás habría dejado tanta cantidad como para teñir así la cebolla. Además cuando eché el aceite en la cazuela no había nada, estaba completamente limpia. Después pensé en el aceite, miré la botella y vi que tampoco podía ser, la botella estaba mediada y el aceite completamente limpio.

No sé qué pasó, pero la cebolla sabía bien, así que añadí el chorizo para acabar de rehogar e hice una foto para que vierais el color que tenía la comida. Vamos a comer lentejas azules, ya os diré como saben.