Yo cuando estaba en el ejército era como soy ahora, uno no
cambia de la noche a la mañana. Las personas no nos acostamos siendo de una manera y
nos levantamos a la mañana siguiente siendo de otra. De hecho yo escribía
este blog cuando era militar y escribía los artículos como ahora, poniendo mi
nombre y apellidos. Lo que no hacía era decir en el blog que yo era militar, os
omitía mi condición de militar. Bueno, os lo omitía en los artículos, en la realidad,
el 99% de los que me leíais sabíais que yo era militar, más que nada porque me leíais
cuatro amigos. Cuando yo era militar también formaba parte del colectivo republicano
de militares antifascistas Anemoi. Escribía artículos con seudónimo para el
colectivo y participé siendo militar en activo en algún acto público. Incluso salió una foto mía en los papeles, yo soy el de la sudadera del Che.
Me echaron del ejercito hace cinco meses y no fue por ser
más rojo que la bandera de la URSS, fue por una ley injusta que dice que a los
45 años si no eres permanente te vas a la calle. Me echaron como ya han echado
a cientos de compañeros y como echarán a miles más. Me echaron porque los jefes
tienen una concepción de ejército anticuada y porque para ellos solo somos
carnaza para usar y tirar. Nos queman la juventud sirviendo en su ejército y después
nos tiran a la papelera.
Como os decía, mientras fui militar jamás tuve ningún problema
por mis actividades ni por mis ideas, nadie nunca me dijo nada, nadie me llamó,
ni nadie me intentó intimidar. Yo creo que los mandos que tuve ni siquiera
sabían de mis actividades o si lo sabían jamás les importó lo que hacía. Total
yo era tropa y gran parte del ejército es clasista, muy clasista, para los
oficiales la tropa no es nada.
Cuando veo lo que le ha pasado a Luis Gonzalo Segura y lo
comparo conmigo, no puedo evitar sorprenderme. A él lo arrestaron en varias
ocasiones, a él lo amenazaron y al final lo echaron. El jamás siendo militar se
destacó políticamente, al contrario, hacía su trabajo con diligencia. A él lo echaron
y a mí nunca me dijeron nada. He pensado mucho sobre ello y he llegado a la
conclusión de que el suponía una amenaza para el sistema y yo no.
Yo para ellos era una mota de polvo que incluso les lavaba la
cara, ya que podían decir: “¿Cómo que somos fachas? Si incluso tenemos rojos militares
que dicen cosas, mira por ejemplo a este.” Pero Luis si era y es un peligro
para ellos, Luis es un problema para este sistema corrupto, a Luis tenían que
eliminarle. ¿Os imagináis que cunde su ejemplo, que los militares empezaran a
denunciar las cosas que ven todos los días? Para ellos el peligro es que alguien les
impida robar, que paren sus triquiñuelas, que alguien denuncie desde dentro sus
obscenos privilegios y trapicheos.
Yo a Luis apenas le conozco, he hablado con el dos veces, una
de ellas por teléfono, la otra en la comida homenaje que le hizo el
colectivo en Madrid. Yo dejé el colectivo justo cuando el entró y por eso
apenas hemos tratado. Pero la conversación telefónica que tuve con él la recordaré
toda la vida, os cuento. Les había contado a mis compis del colectivo algo que
pasó en mi destino y me ofendía profundamente. Una cosa sobre un hangar y la
colaboración público privada. Yo dudaba si el asunto era legal, ético ya os
digo que no era. Un compi me dijo que le consultase a Luis, que él podía
investigar el tema. Me pasó el teléfono y yo le llamé desde el fijo de mi casa.
Cuando cogió el teléfono yo me identifiqué, le dije nombre, grado y destino y
le dije que mis compañeros de Anemoi me habían dado su teléfono. En ese momento
el me cortó, me dijo que no le diera tantos datos por teléfono porque los del
CNI le tenían intervenido el teléfono y estaban escuchando todo lo que
decíamos. En ese momento se me cayó el alma a los pies, recuerdo que pensé; la
he cagado pero bien, ahora los del CNI tienen todos mis datos y que pertenezco a Anemoi. Me quedé un poco bloqueado, pero pensé que ya la había cagado, así
que lo mejor era hablar del motivo de la llamada. Le conté el asunto, hablamos
de alguna otra cosa más y colgamos. Esa noche me costó horrores dormir pensando
en el CNI, pero por suerte jamás supe nada de ellos, si me investigaron yo no me enteré.
Hoy vivimos en un país en el que no se perdona ser honesto, en
un país en el que se castiga al que no roba y se ensalza al ladrón. Los que
denuncian la corrupción son atacados de forma inmisericorde y echados de sus
puestos de trabajo. Por eso tenemos que intentar entre todos la rehabilitación
de esas personas, tenemos que exigir la readmisión inmediata del Teniente Segura.
¿Quién es el teniente Segura y por qué pedimos su
readmisión? Luis Gonzalo Segura escribió un libro de ficción titulado “un paso
al frente”, en el que narraba todas las corruptelas que él ha visto en sus años
de servicio y por sus destinos ha tenido la oportunidad de ver muchas cosas. Vosotros
diereis. ¿Y si es de ficción cual es el problema? La ficción, ficción es. Pues
bien, es ficción el hilo conductor, pero el resto de cosas que cuenta en el
libro no son ficción, cualquiera que sea o haya sido militar sabe
que todo eso pasa en el ejército.
Los jefes se enrabietaron al leer "un paso al frente", pero como era “ficción”
no pudieron meterle mano por el libro. Le metieron mano después, primero por
unas declaraciones a la prensa y después por otros motivos. Al acumular tres
faltas graves y tras varios meses de arresto, le echaron del ejército. En este
enlace explican el principio de su periplo: http://www.publico.es/actualidad/teniente-gonzalo-segura-entra-preso.html
¡Qué buena reflexión, Javi¡
ResponderEliminarGracias.
EliminarParece como si la oligarquía civil siguiera temiendo al Ejército. Vosotros seguid ahí a lo vuestro mientras nosotros os compramos los juguetitos que tanto os gustan y así no se os ocurrirá meteros en política al estilo decimonónico; y si os enriquecéis ilícitamente, bueno, pelillos a la mar.
ResponderEliminarEl tte. Segura denunció la corrupción dentro del Ejército español y por eso duró lo que duró. Los corruptos siguen dentro y el ahora está fuera. La comandante Zaida Cantera fue acosada sexualmente. El acosador está dentro del Ejército y ella está afuera. Lo que no entiendo es como fue a parar al PSOE. Y lo llaman democracia.
La cosa llega al paroxismo con el ministro de defensa que tenemos, un mercader de armas al que se ha indemnizado por las perdidas ocasionadas al ser ministro. De traca.
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