No se puede provocar, no se puede insultar la fe de los
demás. Si insultas a mi madre es normal que te lleves un puñetazo en la boca. Eso
ha dicho el Papa de Roma, el “videlino”. Traduzcámoslo: si haces una viñeta de la
santísima trinidad enculandose a sí misma, es normal que te metan un calasnikof
por el culo y disparen. Con esa frase el papa justifica a los asesinos religiosos, dice
que les comprende. Demostrando así que las religiones son sectas asesinas que
se defienden entre ellas, pese a su aparente rivalidad.
Este Papa tan bueno añora los tiempos antiguos, tiempos fáciles,
donde solo había que matar al que disentía, la santa inquisición, que gran
invento. ¿Verdad Papa?
Demasiado bien les ha venido este atentado a los gobiernos
europeos, cansados ya de que sus ciudadanos tengan tanta libertad. Todos
preparan leyes represivas para acabar con el yijadismo, lo que pasa es de
camino también acabarán con toda disidencia a sus políticas criminales.
Los patronos están dando palmas con las orejas, contentísimos
con este regalo. Eso me lleva a pensar que quizás si sea este atentado una
bandera falsa. Todo es demasiado raro y todo esto beneficia demasiado a los
patronos que tienen comprados a los gobiernos europeos. Encima contentan al
Papa de Roma, que estaba muy quemado con esos infieles dibujantes.
Pero eso no cambia el hecho de que los muertos muertos
están, ni cambia el análisis inicial que hice al enterarme del atentado. Las
religiones no dejan de ser instrumentos del poder y el poder hoy es patronal.
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