Cosas raras.

La justicia, que termino más relativo. En Argentina ha pasado algo extraño, algo que no entiendo. El hecho en si, sí lo entiendo, lo que me falla es el por qué.

Un señor dice que la presidenta de la nación ha colaborado para encubrir a terroristas iranís a cambio de petróleo barato. Ese señor no presentó ni una sola prueba, las iba a presentar el día después de su muerte, que casualidad leñe.

La presidenta de un país que produce el petróleo que consume, en realidad produce más del que consume. Se vende por petróleo para encubrir a unos terroristas de un estado que no está claro que utilice terroristas, más bien al contrario, combate el terrorismo. Raro suena, pero por poder ser puede, cosas más raras hemos visto.

El tipo que sabe de ese tejemaneje es encontrado muerto el día antes de presentar las pruebas. En principio pareciera que ha sido la presidenta (o alguien mandado por ella) para callar la boca al acusador. Pero uno no puede evitar pensar en quien es el que más gana con ese asesinato y deduce que no es la presidenta, quizás el culpable sea el que más ventaja va a sacar de todo esto. ¿Verdad?

Si regresamos a España vemos como hay dos varas de medir con esto de la justicia. Si el lelo hubiera sido yo en vez de la infanta. ¿Me intentaría exonerar el fiscal porque soy tonto? Temo que no.

Si hubiera sido yo el que se da a la fuga ante los agentes de la autoridad en vez de Aguirre. ¿Hubieran archivado la causa? Temo que no.

Luego está lo de Barcenas, pero con Barcenas yo no me puedo comparar. A mí nunca me hubieran dado los patronos tantos millones para comprarnos a mí y a mi partido.