Hay algo de lo que parecen no darse cuenta los diputados que
el pasado martes defendieron en el congreso la ley trans. Y es que esta ley
sería de aplicación a todos los ciudadanos, no solo se aplicaría a las personas
trans.
¿Por qué digo esto?
Tenemos que admitir que en nuestro país no hay igualdad real
entre hombres y mujeres, es cierto que esto no es Kenia y que se avanzó mucho las
legislaturas pasadas en materia de igualdad, pero aún queda mucho para que haya
igualdad real entre hombres y mujeres. Por lo tanto cotidianamente mi sexo es
una ventaja, pero sí que es cierto que en momentos concretos de mi vida, el ser
mujer me hubiera favorecido. Recuerdo uno en concreto, la primera vez que fui
al curso de cabo primero; para superar este curso había que pasar unas pruebas físicas,
que lógicamente tenían marcas diferentes para hombres y para mujeres. Yo no
superé esas pruebas físicas y por lo tanto suspendí el curso. Pero si hubiera
sido mujer, sí hubiera entrado en tiempo y hubiera aprobado. Si hubiera existido
esta ley entonces, yo me habría planteado hacer el cambio registral, ya que
sabía de antemano que iba justito de forma física y hubiera hecho las pruebas físicas
con otros tiempos a superar.
Y ese es el principal problema de esta ley, que cualquiera
que tenga un motivo, sea el que sea, lícito o ilícito, podrá hacer el cambio registral,
y nadie podrá discutirle nada. Recordemos que en nuestro país hay leyes que
intentan eliminar las diferencias entre hombres y mujeres, leyes de
discriminación positiva. Por lo tanto muchos hombres se encontrarán en algún
momento de su vida, con la posibilidad de obtener una ventaja cambiando su género
en el registro y muchos lo harán. Eso va a convertir toda política de igualdad
en papel mojado.
Una ley tiene que tener controles.
Nos dicen los diputados de la “izquierda” que los controles
humillan, estigmatizan y denigran y tienen razón, lo sé bien. Porque yo no soy
trans, pero sí soy pobre, legalmente pobre. ¿Sabéis lo que es tener que
demostrar que eres pobre para que te den una ayuda miserable, tener que enseñar
todas tus miserias a un funcionario? ¿Sabéis lo que es, tener que demostrar que
intentas por todos los medios salir de tu miseria para que te den una ayuda
miserable? ¿Sabéis lo que es, tener que pedirle al tipo que te está haciendo
una entrevista de trabajo un justificante de haber hecho esa entrevista para
poder pedir una ayuda miserable? Ya os lo digo yo, es humillante. Humillante
pero necesario, lo que habría que hacer es humanizar el proceso, hacerlo menos
humillante. Pero desde luego la solución no es quitar todos los controles,
quitar los controles es una barbaridad.
Imaginaros ahora, que sacasen una ley en la que pusiera que
es humillante para los pobres el tener que demostrar su pobreza para la
obtención de ayudas, y que a partir de ahora bastará con una declaración de que
se es pobre, o lo que es lo mismo una declaración de pobreza sentida y que
nadie pudiera discutir ni cuestionar esa declaración. ¿Qué sucedería? No hace
falta que os lo diga, se colapsarían las peticiones de subsidios y terminarían
quitándolos.
Esto que pasaría con la pobreza sentida, sería aún peor con
la autodeterminación de género, porque aprovecharían esta ley un montón de
pervertidos para poder acceder a lugares que hoy tienen vetados (vestuarios,
aseos, etc…), utilizarían esta ley determinados delincuentes para poder ir a
cárceles femeninas. Pervertidos y delincuentes, que os aseguro que no son trans
nada, ni se sienten del sexo diferente al que nacieron. Simplemente son
personas que se aprovecharán de una ley que no impone ningún control.
Una ley tiene que tener controles, es de una lógica
aplastante, eso es lo que tendría que ser innegociable, tiene que tener
controles.
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