miércoles, 18 de agosto de 2021

Reflexionemos.

 

Hoy estamos en la enésima polémica tuitera que no lleva a ningún sitio: comunismo versus feminismo. Y ahí anda el personal echándose los trastos a la cabeza. Unos, que si eres como Irantzu Valera, las otras, que si tú eres como Jon Illescas. Que si Kolontái es feminista, que si no lo es. Que si… Y así andamos. Algunos y algunas diciendo auténticas barbaridades en el calor del debate.

Uno que se considera comunista y feminista, y digo que me considero, porque ni os imagináis las veces que me han dicho que no soy ninguna de las dos cosas, tantas que ya me la bufa lo que piensen de mi los demás e incluso me la bufa la terminología que empleen para definirme.

Como digo me considero comunista y feminista, por lo tanto asisto atónito a esta polémica. No entiendo Por qué no nos centramos en los objetivos comunes que tenemos y nos dejamos de debates infructuosos. Hay muchísimos ejemplos de lo que nos une a todos, voy a poner alguno: ¿No estamos todos de acuerdo en que hombres y mujeres cobren lo mismo por el mismo trabajo? ¿No estamos todos en contra de la legalización de los vientres de alquiler? ¿No estamos todos cabreados con el tarifazo eléctrico y queremos la nacionalización? Y lo más urgente por el tema de los tiempos, que ya está en marcha y nos la van a meter doblada: ¿No estamos todos de acuerdo en la barbaridad que supone la ley trans tal y como está redactada actualmente? Hay muchos más, pero basten estos.

Estamos todos los días tirándonos a la yugular y mientras la oposición a la ley trans es descoordinada y dispersa y por lo tanto, débil. Nos la van a colar y ni siquiera somos capaces de hacer una concentración o manifestación conjunta, que de mucha más visibilidad al tema.

Es que joder, solo nos fijamos en lo que nos separa y nunca en lo que nos une. Ojo, que no digo que lo que nos separa de los Armensillos o de los camaradas del frente obrero no sea importante, incluso troncal (como por ejemplo el tema de la prostitución). Lo que digo que si hay objetivos comunes, urgentes y posibles. Pues coño, hagamos todos un esfuerzo. ¿O acaso no merece la pena intentarlo?

Tenemos que tener en cuenta que sectores del comunismo apoyan la ley trans y que sectores del feminismo apoyan la ley trans, y no me vengáis con que esos no son comunistas ni feministas de verdad. Porque son ellos los que tienen todos los altavoces mediáticos y los que percibe la sociedad como voces cualificadas, tanto del feminismo como del comunismo. Por lo tanto, si no somos capaces de dar un puñetazo en la mesa a la vez todos los que nos oponemos a esa maldita ley, lo tenemos muy negro.

sábado, 7 de agosto de 2021

Soy ateo transcendente.

 

Hay una pensadora transactivista, Elizabeth Duval se llama, que ha escrito un artículo sobre creencias religiosas, dice que es atea/agnóstica/católica, todo a la vez. El otro día intercambié opiniones con un comunista de estos jóvenes y modernos, que me dijo que era ateo/católico, todo a la vez también. Prefiero ni pensar si quiera lo que supone ser ateo y católico a la vez, eso de no creer en dios, pero admirar a su iglesia como institución,… No, prefiero no analizarlo.

 

Parece ser pues, que los modernos pueden ser varias cosas a la vez, cosas que a primera vista son incompatibles entre si. Así que hoy puedes ser ateo y católico a la vez, puedes ser comunista e imperialista a la vez o puedes ser hombre y mujer a la vez, como los caracoles.

 

Así que uno, que es ateo sin más apellidos, y ya ha pasado, temo que de largo, el ecuador de su vida. Se ha puesto a pensar en esto de las duplicidades de creencias como concepto y le ha gustado. Eso de que te mueras y se acabe todo, me ha inquietado siempre sobremanera, pero por otro lado, me inquieta casi más aun, el concepto de vida eterna. Para mí lo ideal sería la vida indefinida, no envejeces, no enfermas, pero por ejemplo un accidente te puede llevar por delante. Así que me he puesto a pensar en una posible religión en la que no te mueras cuando te mueres, pero en la que tampoco vivas eternamente. No he tenido éxito, ninguna me convence. Por lo tanto, hay que buscar una creencia al margen de las religiones tradicionales y creo queridos lectores que la he encontrado. ¡Somos los Sims de una civilización superior!

 

Esto no es idea mía, resulta que físicos de todo el mundo, sobre todo yaquis, llevan años teorizando sobre esto. Ya sabéis que a los yanquis les encantan las gilipolleces. Aquí un artículo genial sobre el tema: https://www.bbc.com/mundo/vert-earth-37355792 Pero evidentemente, lo narrado en el artículo a nosotros y digo nosotros porque doy por descontado que una vez me explique, me van a salir feligreses a patadas, no nos vale. Ya que dan por sentado, que somos literalmente como los Sims, solo que un programa mucho más avanzado y por lo tanto, nuestra existencia solo será mientras estemos vivos.

 

En este punto, creo que tengo que explicar qué son los Sims para los que no lo sepáis. “El juego consiste en crear personajes llamados Sims y satisfacer sus necesidades, concretar sus aspiraciones y cumplir sus sueños, es decir, "construirles" una vida.” (Copiado de la Wikipedia).

 

Imaginaros ahora una civilización transcendida, entendiendo como transcendencia el tener una vida indefinida, e imaginaros lo que tiene que ser asistir a tu millonésimo cumpleaños, estresante, seguro. Es lógico pensar pues, que esta gente tan longeva necesite periodos de desconexión total de su vida cada cierto tiempo y ahí es donde entramos nosotros. Somos seres transcendidos desconectando, soñando si preferís.

 

Nuestro mundo es una creación física, anclado en el sistema solar de esos seres (que son nosotros) y rodeado por una holografía. ¿Hay otra explicación lógica para que se cortara de manera tan abrupta la investigación espacial? ¿Hay alguna explicación para que nuestra exploración espacial tripulada se reduzca hoy a una estación espacial que está a solo 600 KM de la tierra? ¡Seiscientos Kilómetros, la distancia de Sevilla a Valladolid! Coged una bola del mundo, mirad la distancia que hay de Madrid a Barcelona y poded esa distancia hacia arriba. Es una mierda de distancia, eso no es ni el espacio casi. ¿Tiene algún sentido que no hayan hecho una expedición tripulada a marte? Os recuerdo que hace más de 50 años que llegamos a la luna. ¿Por qué solo se ve una cara de la luna? No me diréis que no es curioso que el movimiento de traslación y el de rotación de la luna se complementen tan bien. Eso es porque en la luna tienen/tenemos todos los apechusques de mantenimiento. ¿Y qué me decís del alzhéimer  y la demencia senil? Eso es claramente gente que se está desconectando antes de tiempo, lo que viene a ser un duermevela transcendente. Hay muchas más evidencias, tanto sociales, como científicas (que sería muy largo desarrollar ahora), que apoyan mi teoría. Pero creo que con lo que os he contado vale, para que al menos os haga albergar dudas al respecto.

 

Por lo tanto, creo coherente decir, que me he transformado en ateo/transcendente y que he entrado en el sumun de la modernidad por la puerta grande.

jueves, 5 de agosto de 2021

Sobre la producción de alimentos, la obsolescencia programada y los repuestos.

 

Vivimos en una sociedad de consumo y todo está orientado al consumo. Y está orientado al consumo de una manera brutal, absolutamente ilógica. Se produce un desperdicio de recursos incomprensible en todos los ámbitos de la producción. El gobierno es consciente de que los recursos se acaban y se ha puesto al lio, pero sus medidas están orientadas a que consumamos menos los pobres, a sacar del consumo a las personas más pobres de nuestra sociedad, en lugar de a racionalizar la producción.

 

Este despilfarro está en todos los sectores económicos, empezando por el primario. Que se produce un desajuste en la producción de vegetales y hay stock, pues se destruyen las verduras. ¿Para qué vamos a mandar ese stock a los lugares donde hay gente pasando hambre? Es mejor destruirlo para que no bajen los precios y preservar los beneficios empresariales. Esta noticia de la destrucción de toneladas de vegetales en canarias es de hace unos días: https://www.eldia.es/tenerife/2021/04/28/campo-tinerfeno-tira-mes-150-49823955.html Pero se lleva haciendo años, recuerdo como si fuera ayer, una foto del libro de sociales que tenía cuando iba al cole. En la foto había una hilera de camiones llenos, el primero de la hilera estaba tirando su carga al mar. En el pie de foto ponía: “camiones tirando el stock de grano al mar en los Países Bajos para evitar la subida de precios”. De aquellas había una hambruna del copón en Somalia y yo recuerdo que pensé. “Pues que manden esos camiones a Somalia en lugar de tirar el grano al mar. Eliminan el stock y dan de comer a la gente.” Pero se ve que no, eso no se contempla. Esto los vegetales, pero con los animales es igual, por ejemplo, se masacran millones de pollitos, para no incidir en los precios de la carne de pollo y los huevos, aquí una noticia de ejemplo: https://radiomitre.cienradios.com/polemica-alemania-legalizan-la-matanza-pollitos/

 

Si pasamos al sector secundario, la cosa es peor aún si cabe. Hay un documental, que en su día cambió radicalmente mi percepción de la industria. Es imprescindible su visualización para entender, os lo enlazo: https://www.youtube.com/watch?v=ZTVOBBbnjv4 Seguro que muchos de vosotros lo habéis visto ya, tiene sus años y fue un bombazo cuando salió. El documental habla sobre la obsolescencia programada. El documental nos cuenta, que básicamente, fabrican las cosas para que se rompan pronto. Hoy una bombilla podría durar más de 100 años, una nevera 70 u 80 años, una lavadora lo mismo, un aire acondicionado igual. Podría seguir mencionando productos hasta el infinito, ya que casi todos se rigen por la obsolescencia programada, desde las baterías a la ropa, todos. Si todos los productos se empezaran a fabricar con criterios de durabilidad, la huella industrial en la naturaleza se reduciría en un 90% en menos de 10 años.

¿Qué podemos decir del sector de la construcción? Yo salí de Valladolid a los 25 años, ahora tengo 50. Valladolid tiene menos habitantes hoy que cuando me fui, pero sin embargo, la ciudad ha crecido de forma notable, barrios enteros han surgido en estos años. Miles y miles de viviendas nuevas para menos población. ¿Tiene eso sentido?

 

Pasemos ahora al sector terciario, y hagámoslo con una anécdota personal. En nochebuena, justo al inicio de la cena, la tele se empezó a apagar y encender sola, se rompió el mejor día para que se rompa algo xd. La tele tenía solo tres años, la primera smartTV que tuve. El día 28 me puse a buscar técnicos de TV, al primero que llamé me hizo dos preguntas: Qué le pasa a la tele y cuál era su marca y modelo. Al responderle, me dijo que no me merecía la pena arreglar la tele, que si yo quería, que se la llevase y él la echaba un ojo, pero que vamos, que era tirar el dinero. El segundo técnico al que llamé me dijo más o menos lo mismo. ¡Sin mirar siquiera la tele! Ya mosqueado, me acerqué a un tienda arreglatodo que hay en el centro y ahí (otra vez sin ver la tele) me explicó que era no sé qué de la placa base lo que se había roto y que hacía falta una máquina muy concreta, que casi nadie tenía, para arreglarlo. Así que para reparar la tele, había que cambiar la placa base entera y esta placa tenía un coste de unos 250€. A lo que había que sumar la mano de obra y la recogida. Vamos que la reparación tendría un coste de unos 350€ en total. 350€ para arreglar una tele que me había costado nueva 400€.

Esto que digo de la tele, pasa con la mayoría de los aparatos electrónicos, muchas reparaciones cuestan incluso más que el precio de del aparato nuevo, esto sucede por el precio astronómico de los repuestos. Por eso los ladrones de coches despiezan los vehículos, sacan mucho más vendiendo el coche por piezas que vendiéndolo entero.

 

Si queremos salvar el planeta y tener todos y digo todos en el mundo, un nivel de vida aceptable. Hay que cambiar por completo el sistema productivo y económico. Racionalización de la producción de alimentos, que la producción industrial sea de calidad, la recuperación de los comercios de reparación (costureros, zapateros, modistas, reparaciones, etc…).

 

Y de nuevo, me está quedando una entrada muy larga, así que lo que queda, sobre todo el sector energético, lo dejamos para otro día. Si habéis llegado hasta aquí, os doy las gracias.

 

 

lunes, 2 de agosto de 2021

La Ley de cambio climático y transición energética es un ataque frontal a las economías más precarias.

 

 

Es evidente que como sigamos así el mundo se va a la mierda, tardará más o tardará menos, pero se va a la mierda seguro. También soy consciente de que las medidas correctivas que se tomen para arreglar las cosas, tardarán en hacer efecto. Así que tengo claro que esas medidas se tienen que tomar cuanto antes. El problema es qué medidas son las que hay que tomar.

 

El gobierno y la Unión Europea van a poner en marcha un paquete de medidas. Para ello el gobierno ha aprobado la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética. Veamos alguno de sus aspectos.

El año que viene, todas las ciudades cuya población supere los 50.000 habitantes tienen que tener zonas de bajas emisiones. ¿Qué significa eso para nosotros? Pues que habrá zonas en las ciudades a las que no puedan acceder los coches que contaminen. ¿Cuáles son los coches que contaminan según el gobierno? Pues los coches viejos (qué no antiguos) y los coches diésel. ¿Cuáles son esas zonas de las ciudades a las que no podrán acceder los coches viejos? A los centros de las ciudades.

Esta medida me afecta directamente, ya que tengo un coche diésel y me temo que ya un poco viejo. Tres factores hicieron en su día el que me decantase por comprar un coche diésel. 1º. El consumo, consumía un poco menos que un gasolina. 2º. El precio del combustible, es ligeramente inferior. 3º. El mantenimiento, el gasolina tenía la revisión a los 15.000 KM y el diésel a los 20.000. Como veis el tema ahorro pesó mucho en la elección, no nos sobraba el dinero. Lo mismo pasa con muchos de los que tienen coches viejos, ellos no tienen coches que contaminen porque sean unos cabrones o unos tacaños, simplemente tienen el coche que se pueden permitir.

 

En Madrid la zona de exclusión será la almendra de la M-30, al menos es donde en ocasiones anteriores pusieron las restricciones en las alertas por contaminación. En Sevilla no tengo ni idea, pero lo que está claro es que nos estará vetado acceder en coche a todo el centro de la ciudad.

En lo que respecta al transporte público hay un montón de medidas para que contamine menos, pero ninguna para que tenga mejores frecuencias o sea más barato. Excepto una mierda que pone en la ley que no se ni lo que significa aplicado al transporte urbano: “Medidas para la mejora y uso de la red de transporte público, incluyendo medidas de integración multimodal”.

 

¿Qué nos supondrá todo esto? Pues que en cuanto pongan la zona de exclusión, cuando tenga que ir a Sevilla para cualquier cosa, o bien me tendré que ir en transporte público o bien tendré que ir en coche hasta el límite de la zona de exclusión y luego usar el transporte público para llegar a mi destino. Un sobrecoste, que para muchas economías será un quebranto. Un ejemplo, ir de Utrera a Sevilla en coche cuesta unos 5€ de gasolina, más la zona azul o un parquin, se te va como mucho a 7€. Pero si no puedo usar mi coche, el cercanías cuesta 5,25€ solo la ida, más de 8€ la ida y la vuelta. Si además tienes que coger un autobús o el metro (que cuestan 1,40€). Vemos que el viaje a Sevilla te puede salir por más de 10€ y eso si vas solo, si vas acompañado, pues multiplica. Así que por mor de la ecología, a partir del año que viene, cada vez que vaya con mi familia a Sevilla, en lugar de gastarme 7€ en transporte, me gastaré entre 30 y 40 €. Eso sin contar el tiempo que gastaré claro, que en coche tardas media hora en llegar a cualquier punto de Sevilla, pero en transporte público, según cual sea tu destino, puedes tardar una hora y media en llegar.

 

Por lo tanto vemos, que estas medidas van a dañar y mucho a las economías más precarias. Se pretende salvar el planeta, precarizando aún más las vidas de los que menos tienen. Esto no es una solución, el bien que se va a lograr (si es que se logra alguno), no compensa el mal que se va a generar. ¿Qué quieres que deje de usar el coche? Pues dame un transporte público que pueda usar, económico y con buenas frecuencias. No me prohíbas usar mi coche, que yo pago el impuesto de circulación igual que los ricos, que pago mi seguro obligatorio igual que los ricos, y que pago el combustible igual que los ricos.


Es que parece que desde el gobierno se piensan que tenemos coches viejos porque queremos, igual que parece que piensan que comemos carne estabulada porque queremos o que compramos ropa barata porque queremos. Qué más quisiera yo que poder tener mi coche eléctrico para la ciudad y mi Volvo para los viajes. Así mismo me encantaría comer solo carne de vacas que reciben un masaje todos los días y criadas en libertad. Qué más quisiera yo que poder comprar pantalones de fibra ecológica confeccionados por un artesano que cobrase 30€ a la hora. Pero queridos ministros, no lo elijo, a mi y a muchos otros, nos fuerzan las circunstancias. 

 

Y es que todas las medidas desgranadas en la puñetera ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética. No dejan de ser paños calientes y brindis al sol. Si se quiere de verdad salvar el planeta, hay que cambiar el modelo productivo, no hay otra.

 

Me está quedando una entrada muy larga, así que lo dejo por hoy, en próximos días seguiré desgranando el tema, ya que hoy solo he tocado un aspecto de la ley y nada de lo que realmente hay que hacer si queremos salvar el planeta.