domingo, 28 de diciembre de 2014

Felices fiestas.


Bueno, pues aquí ando, en casa después del primer gran viaje navideño. Andaba hoy pensando en la navidad mientras conducía. Y pensaba en que no me gusta, la navidad no me gusta nada. Parece diseñada para que hagas lo que hagas estés jodido.

Son unas fechas en las que si estás solo te encuentras mal, te sientes solo, desde todos lados te bombardean diciéndote que tienes que estar en compañía. Pero si estás en compañía no es mejor, son tiempos de fingimientos.

Además. ¿Hay algo más absurdo que poner el fin de año a mitad de año? Si naces en diciembre vas a un curso, si naces en enero vas a otro, pero el curso empieza cuando es lógico, en septiembre, al principio del año.

Luego está el tema de los regalos. A nuestros hijos les decimos que unos seres mágicos les regalarán muchas cosas si se portan bien y nuestros hijos se lo creen. Esperanzados les escriben sus cartas a esos seres mágicos y esperan sus regalos. Regalos que en realidad son comprados por unos padres acogotados por la crisis, que sacan el dinero de donde no se puede para que sus hijos no piensen que son malos y que por eso esos seres mágicos no les han regalado nada.

Ya que la navidad en realidad es consumo, consumo en comida, en regalos, en viajes, en todo. Unas navidades felices son unas navidades en las que puedes consumir a destajo. En realidad toda nuestra sociedad es consumo, el éxito se mide en lo que tienes, cuanto más tienes más vales.

Pero bueno, aprieto el botón, me reseteo y me imbuyo en el espíritu navideño.

Teníais que haber visto la ilusión con la que hemos decorado la casa, hemos puesto luces de todos los colores, espumillones que brillan y un árbol de esos de fibra que lanza lucecitas por sus ramas. El viaje de nochebuena ha sido esplendido, como ha disfrutado la niña, la teníais que haber visto. Un reencuentro con la familia que todos hemos disfrutado mucho y lo que queda por venir va a ser aún mejor, la nochevieja, los reyes. Ardo en deseos de que lleguen esos días. Es que el tener hijos cambia un poco los puntos de vista. ¿Verdad?

Vamos con más clásicos navideños. Los resúmenes políticos y económicos. Me detengo en uno que me ha hecho especial gracia, el del comercio. Dicen que vamos para arriba, que estamos saliendo de la crisis, que este año el comercio en diciembre va a subir más o menos un cuatro por ciento con respecto al diciembre de hace un año. Eso convierte estas navidades en las mejores desde el inicio de la crisis.


Las mejores… Todo depende del punto de vista, el comercio ha bajado desde 2008 más de un 30%, así que no parece que una subida este año del 4% (estimada, no lo olvidemos), sea suficiente para alcanzar las ventas de 2008, ni las de 2009, ni las de 2010, ni las de 2011, ni las de 2012. Así que solo son mejores porque por primera vez suben, que no es poco visto lo visto. Pero. ¿Por qué suben? ¿Será por el descenso del paro? Pues no, en realidad el paro no ha bajado este año, se han trabajado las mismas horas que el año pasado por menos dinero. Lo que ha pasado es que este mes se han disparado las ventas a crédito, ha aumentado la confianza y la gente se ha endeudado más con la esperanza de que el año próximo será mejor. Mala cosa.

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