domingo, 13 de septiembre de 2015

El sexo no es el problema.

"Le vamos a dar sexo a Mas, le vamos a dar látigo en esta campaña". Esto dijo Iglesias en un mitin. Por más que le doy vueltas a la frase no le encuentro sentido. Incluso he buscado el video del mitin para que los matices del contexto no me confundieran. Pero si miramos la frase dentro del contexto es más inexplicable aun. Quizás sea que el mundo del cotilleo no es el mío y por eso no entiendo que hace Ana Rosa en duchas ajenas. Tampoco conozco la vida de Luis Llach ni sus aficiones sexuales. Por eso quizás se me escapa el posible sentido de las palabras de Iglesias.

Temo que Iglesias ha perdido definitivamente el norte y ha hecho del absurdo su forma de actuar. La frase me recuerda a declaraciones de afamados líderes del PP diciendo absurdeces para generar titulares.

De todas formas dejando a un lado el absurdo de toda campaña, creo que el nacionalismo españolista tiene un problema y es un problema de concepto, de concepto de estado. Este problema es evidente mires donde mires, como ejemplo veamos los símbolos nacionales y comparémoslos.

El himno; Cataluña tiene un himno que recuerda a los trabajadores que lucharon contra el opresor con una letra conmovedora y combativa. España tiene un himno que no tiene letra, ya que la letra que tenía era una loa a la iglesia asesina y a los señoritos explotadores. Dice cosas como alzar brazos con el saludo nazi o alaba el yugo y las flechas. Sobre la persona que escribió esa letra no diré nada, ya que si llamas por su nombre al poeta se querellan contra ti.

La bandera; la bandera española está regada con la sangre de gran parte de la población, en su nombre se mató a los trabajadores españoles. Sin embargo la catalana tiene una bonita y épica historia.

Los símbolos españoles son símbolos de unos pocos, de los que tienen el dinero y poder. Pocos españoles sienten cariño por unos símbolos que se usaron para matar y oprimir a sus familiares.  Sin embargo los símbolos catalanes no tienen esa memoria nefasta, al contrario.

Iglesias, en vez de proponer sexo a Mas, entiende el problema.




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